En Quito, la urgencia de promover una cultura de limpieza es evidente. Las reformas educativas de la época del correísmo dejaron de lado la enseñanza de hábitos y valores de limpieza en las instituciones públicas.
La necesidad de promover una conciencia cultural de limpieza en Quito se ha vuelto más indispensable, pero en muchos centros educativos de la capital dejó de ser un tema que se trate en las aulas.
La basura que se ha vuelto parte del paisaje en parques, baños públicos y espacios comunes llama la atención sobre la importancia de inculcar valores de limpieza y respeto desde una edad temprana. Pero, ¿dónde comienza esta cultura de limpieza?
La respuesta es clara: la limpieza personal y las normas de convivencia deben tener sus raíces en el hogar y ser reforzadas en la educación formal.
En planteles fiscales
En el sistema educativo ecuatoriano, la enseñanza de hábitos de orden, limpieza y valores no se encuentra establecida de manera específica dentro del currículo o pénsum educativo.
Esto, en parte, se debe a las reformas educativas implementadas en la época del correísmo, que descontextualizaron la educación pública y reconfiguraron el enfoque de la enseñanza, según lo explica Andrés Quishpe, presidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE).
Según Quishpe, en la mayoría de las instituciones educativas, la decisión de incorporar estos aspectos es flexible y depende de la dirección y los docentes.
Además, indica que las reformas educativas realizadas durante el correísmo, en 2008, tuvieron un impacto significativo en la enseñanza de valores y hábitos.
En este sentido, explica que se eliminaron materias clave, como ética, realidad nacional y cívica, donde se desarrollaban diversos valores.
La necesidad de una política educativa que promueva hábitos y valores es evidente, pero su implementación requiere una revisión integral que incluya la inversión de recursos y una revaluación de las reformas curriculares.
Los docentes y la comunidad educativa juegan un papel crucial en la enseñanza de hábitos y valores, pero su esfuerzo se ve limitado por la falta de apoyo y recursos adecuados.
En colegios municipales
Según la Secretaría de Educación, en los colegios municipales de Quito, la educación en hábitos de limpieza, cuidado del cuerpo y espacios públicos es una parte fundamental del pénsum, y se aborda de manera continua desde los cinco años hasta el tercer año de bachillerato.
Este enfoque educativo, que forma parte de los ejes transversales de las unidades educativas municipales, tiene como objetivo inculcar en los estudiantes la importancia de mantener un entorno limpio y saludable desde una edad temprana.
Este enfoque busca fomentar valores de respeto y conciencia ambiental desde el nivel inicial, creando una base sólida para la formación de ciudadanos responsables.
En la Unidad Educativa Municipal Benalcázar, este enfoque comienza en preparatoria.
En estas instituciones se utiliza la gramática, la lectura y la comprensión del cuerpo humano para enseñar a los estudiantes sobre el cuidado personal y la higiene.
Cultura de limpieza
Gloria Arias, vicerrectora de la Unidad Educativa Municipal Benalcázar; y con Alegría Crespo, PhD en Educación y Vicerrectora del colegio Johannes Kepler, abordaron este tema y explicaron desde cuándo debe iniciar la cultura de la limpieza en casa.
Arias destaca la importancia de comenzar la educación en higiene desde la infancia. Esta formación debe abordar el cuidado del cuerpo y la limpieza.
El aspecto cultural de la limpieza no se puede cambiar de la noche a la mañana. Arias enfatiza que la cultura se transforma a través de la práctica social y que esta práctica debe comenzar en la escuela y la familia.
Desafortunadamente, muchas prácticas negativas, como arrojar basura en espacios públicos, se han normalizado. La transformación de la cultura requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad.
La educación, según Arias, es esencial para inculcar un sentido de responsabilidad hacia el medio ambiente y los espacios públicos. «Lo que yo cuido en mi casa, el baño, el cuidado, la limpieza, debo hacer lo propio con lo público, porque lo público es un servicio del cual yo, como ciudadano, hago uso», afirma.
En cuanto a la duración de estas enseñanzas, Arias señala que la educación en higiene y cultura de limpieza es un proceso continuo.
Crespo indica que si bien la LOEI proporciona una base sólida para promover hábitos de limpieza y valores en el sistema educativo, la implementación efectiva de estos principios es un desafío constante.
A menudo, se observa un comportamiento que va en contra de estos valores, tanto en instituciones educativas públicas como privadas.
Crespo enfatiza que la falta de una conciencia real sobre la importancia de estos valores y hábitos en la sociedad ecuatoriana es un desafío que requiere un esfuerzo conjunto. La enseñanza de hábitos y valores debe ser una labor constante que involucre a docentes, padres de familia y la comunidad en su conjunto. (EC)
Consejos para fomentar hábitos de limpieza en los niños
Hacerlo divertido:. crear un ambiente lúdico alrededor de estas lecciones hace que los niños las vean como una actividad amena en lugar de una obligación.
Explicar la importancia: las rutinas de limpieza, como lavarse las manos, pueden ser momentos ideales para explicar por qué se realizan.
Recursos audiovisuales: utilizar libros ilustrados, videos educativos, tarjetas interactivas o canciones puede ser una forma efectiva de explicar la importancia de la limpieza.
Participación activa: involucrarlos en tareas como hacer la cama o mantener ordenados sus juguetes les enseña responsabilidad y habilidades organizativas desde temprana edad.
Desde 2008, las unidades educativas fiscales han ido perdiendo conserjes, médicos y psicólogos que les ayudaban a abordar el tema de la limpieza de mejor forma.