¿Qué revolución?

Jorge Oviedo Rueda

La RC -que su líder pronosticó duraría trescientos años-, duró menos que una melcocha en la puerta de un colegio. Sus líderes nunca entendieron que una verdadera revolución no la hacen los líderes, sino las masas.

La Historia Universal nos enseña a gritos esta verdad. En el mundo antiguo fueron líderes como Espartaco los que lideraron las rebeliones de esclavos que rubricaron el largo proceso de decadencia del esclavismo; en los siglos XVI y XVII, los campesinos parias que el feudalismo arrojaba a la miseria se rebelaban para sobrevivir; la Revolución francesa de 1789 es la culminación de este cruento proceso; durante el siglo XIX se fortalece la dictadura del capital que ahora llamamos “democracia representativa”.

En el marco de este sistema, los dos últimos siglos y lo que va del presente, la dictadura del capital ha controlado el poder político. Toda amenaza a este orden ha sido combatida con diferentes métodos, que van desde la legalidad hasta el uso brutal de la fuerza. En el siglo XX la cadena capitalista se rompió en la Rusia zarista y luego en China y otros puntos del planeta.

Esa cadena planetaria también se debilitó en América Latina. Al igual que la revolución bolchevique, la revolución cubana tiene el mérito histórico de haberse atrevido con la dominación capitalista, si tuvieron éxito o no es otra cosa, pero fueron revoluciones que hicieron saltar en añicos el viejo capitalismo.

En esta perspectiva la RC no solo que ha sido un engaño, sino que pretende perpetuarse en el engaño. Sus líderes, Correa y Lenín, son políticos de derecha y deben dejar de seguir engañando a las masas. Las revoluciones auténticas nacen en el seno del pueblo, sus líderes salen de él o lo representan con verdad, hasta las últimas consecuencias.

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