Pandemia

Freddy Rodríguez

Me parece que nunca el mundo ha estado tan interconectado con un solo tema dominante: el coronavirus o Covid 19, enfermedad viral que ha sido ya calificada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud.

Estremecen las imágenes de calles, plazas y estadios vacíos en ciudades especialmente de Europa, otrora atestadas de turistas, ávidos por recorrer las maravillas que ofrecen esas urbes, muchas de ellas milenarias; el pánico por el contagio se extiende también a otras ciudades en otros continentes. Tan graves es la situación, que muchos eventos culturales, artísticos y deportivos han sido cancelados o suspendidos, y estaría en peligro la realización de los próximos Juegos Olímpicos en Japón.

El virus, que se originó en China, se ha propagado rápidamente, y casi no queda región en el mundo que esté libre de la infección. Al peligro del contagio, se suma también otra epidemia igualmente peligrosa: la desinformación.

En las redes sociales circulan versiones muchas de ellas no confirmadas y otras abiertamente falsas, que causan pánico, como ocurrió en esta semana en la cual, luego del anuncio oficial de la emergencia sanitaria, la gente injustificadamente se lanzó a las tiendas y supermercados, con el deseo irrefrenable de provisionarse, ante un posible desabastecimiento de víveres que nunca se ha previsto ni anunciado, como si, guardando las proporciones, se hubiese hecho realidad la trama de la escalofriante pero genial novela de José Saramago, ‘Ensayo sobre la ceguera’, en donde casi todos los habitantes de un pueblo, sin ninguna razón aparente, se quedan ciegos, se contagian unos a otros, y viven situaciones de pánico y confrontación terroríficas.

En situaciones tan difíciles como las que vivimos, lo correcto y sensato es mantener la calma, abstenernos de reenviar mensajes que desinforman y que solamente contribuyen a generar el caos, tomar las precauciones necesarias para evitar posibles contagios, y acatar las directrices que emanan de autoridades y fuentes oficiales. Las pérdidas económicas por la pandemia, aún son incalculables. Esperemos que esta emergencia dure el menor tiempo posible, para el bien de la humanidad.