Mantener el rumbo

Santiago Ochoa

A veces me recuesto en el piso, y veo las estrellas en el cielo, siempre hay una que brilla más, a veces desvío la mirada un par de grados, y no pasa nada, sé que la estrella que busco está cerca; pero, a veces, me distraigo, giro la cabeza más de la cuenta y ya no puedo encontrar la estrella que buscaba. En la vida, uno a veces desvía el rumbo un par de grados de su objetivo, y no pasa nada, se sabe que, como la estrella, el objetivo se puede conseguir, aun si se deja pasar un poco de tiempo. Sin embargo, si seguimos desviando el rumbo de nuestros objetivos, llegará un momento, en donde estemos tan lejos de nuestro camino, que ni tan solo seremos capaces de divisarlo.

¿Nuestra actividad diaria nos está llevando a conseguir nuestros objetivos? ¿O nos ha desviado completamente de ellos?

Si cada inicio de semana solo esperas por llegar al final, si cada mañana solo esperas que llegue la hora de salida, seguramente estás muy lejos de tu camino, y ya no ves tus objetivos.

Pero si en cambio, a pesar de que no todas las actividades que realizas te agraden, si las haces con ganas, y no te despegas de tus objetivos más que unos pocos grados, los días serán más productivos, y no te alejarás del camino.

¿Cuánto nos ha costado, desviarnos del rumbo, por cumplir el objetivo de los demás?

Nos hemos olvidado que los países, regiones, instituciones, etc., tendrán no solo crecimiento, sino desarrollo cuando todos sus miembros cumplan sus objetivos individuales, se sumen a los institucionales, y se fortalezcan colectivamente. Hay momentos en los que tenemos que pensar primero en notros para luego ayudar a los demás, lo cual no debe mal interpretarse en pensar “solo en nosotros”. Involucrémonos en contribuir en los objetivos grupales y/o institucionales, pero no dejemos de lado los nuestros. (O)

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