La amistad

Rodrigo Contero Peñafiel

Una de las actividades mentales que influye en nuestras metas, es evaluar a las personas sin que dependa solo de los valores o experiencias vividas con ellas sino de su importancia para nuestras vidas. Las actividades diarias pueden modificar inconscientemente el concepto que tengamos de quienes consideramos nuestros mejores amigos, puesto que, la manera de comportarnos no es la misma con todos, con algunos nos divertimos y hablamos cosas serias o no, con otros realizamos actividades deportivas, aprendemos y fraternizamos. Las metas pueden modificar la elección de amigos cercanos o simplemente conocidos para compartir momentos o distraernos.

Pensar en nuestra familia nos trae a la mente de manera inesperada amistades que pueden hacerles sentir orgullosas de nosotros, así no estén presentes o se encuentren a miles de kilómetros de distancia, pero psicológicamente viven en nuestra mente. Una conducta cortés, de respeto y confianza puede ser bien vista por algunas personas; un proceder impulsivo, grosero y desagradable es negativo.

La influencia de la amistad en la vida diaria es formidable cuando los rasgos particulares y valores personales fortalecen la conducta social, laboral o una relación romántica. Hay personas que gustan las amistades, codiciosas e interesadas, otros las prefieren disciplinadas y con metas. Saber diferenciar entre amistades con el interés de recibir réditos, como quien ingresa a la meta sumándose al final de la carrera y quien es disciplinado y prioriza la actividad físico-mental, permite encontrar amistades perdurables en el tiempo que favorece la consecución de fines, objetivos y emociones positivas.

La amistad implica sentimientos de confianza, respeto, amor, consuelo y compañía con distintos grados de importancia y trascendencia, hay amistades que nacen al comienzo de una relación y otras que se hacen en el transcurso del tiempo. Los amigos comparten los mejores y peores momentos de sus vidas; la amistad y la lealtad funcionan cuando alguien está atravesando complicaciones en su vida diaria, enfermedades, quebrantos, dolor, depresión o angustia, es lo que marcan la diferencia entre amigos y conocidos.

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