Hambre y sed de justicia

A pesar del pataleo y la victimización de los últimos días, la página de la controvertida actuación de Gustavo Jalkh y su grupo en el Consejo de la Judicatura quedó atrás como una página sombría de la institución. El Consejo de Participación Ciudadana Transitorio ratificó su decisión de deponerlos al nombrar a Marcelo Merlo, zobeida Aragundi, Angélica Porras, Juan Pablo Albán y Aquiles Rigail como sus sustitutos.

No sirvieron de nada a Jalkh los desplantes y falta de urbanidad protagonizados en su comparecencia en el Consejo de Participación, sus leguleyadas o su puesta en escena ante la Asamblea Nacional. En lo adelante, por fin conocerá la opinión pública la “trastienda” del grupo saliente, uno de los bastiones hasta hace poco inexpugnable del correísmo dentro de la Función Judicial. El camino hacia la independencia real de las funciones del Estado comienza a abrirse. Con el despido de Jalkh y su adláteres podría caer un tinglado cuidadosamente armado, desde la “metida de mano” a la Justicia que encabezó el propio Correa. Fue un proceder burdo que inició con la asunción de Jalkh a la cabeza de la Judicatura, que no hubo reparos ante el hecho de que antes había sido secretario suyo.

La sociedad tiene la posibilidad de contar por fin con jueces y funcionarios que en verdad defiendan sus intereses. El nuevo Consejo de la Judicatura asume una enorme y compleja tarea, porque a la Función Judicial hay que sacudirla con fuerza y a profundidad. Bien se sabe que el nuestro es un país con una histórica e insatisfecha hambre y una profunda sed de justicia.


Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos”. Juan Donoso Cortés Ensayista español (1809-1853)Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”. Nicolás Maquiavelo Político y teórico italiano (1469-1527)