¡Farsantes!

Jorge Oviedo Rueda

María Moliner dice que el farsante es el que “simula sentimientos u opiniones que no tiene para obtener provecho de ello”. Un farsante es un comediante.

Hernández, Martín Pallares, Palacio y cualquier otro periodista defensor de esta democracia de apariencias juzgará a los hermanos Patiño desde su óptica, es decir, desde los cánones del sistema, pero jamás podrán hacerlo desde los principios revolucionarios.

Porque resulta que los hermanos crecieron políticamente en la izquierda. Raúl, incluso, estuvo cerca del proceso sandinista en Nicaragua y Ricardo fue militante, primero del PSRE (Jorge Reinols) y después del PSE. Cuando la campaña del Foco Ladrón, los socialistas nos llenamos de esperanza. Ricardo se puso a la sombra de Roldós apoyado por Ayala y Granda. Luego se identificaron con el discurso revolucionario que Correa secuestró a la izquierda.
Al cabo de diez años de ejercicio del poder y de haber manejado la astronómica cifra de 350 mil millones de dólares Ecuador sigue hundido en el tercermundismo, tiene una deuda externa colosal y el analfabetismo político probablemente lleve a las masas a aprobar la mañosa consulta planteada por el ‘usurpador’ Moreno.

No es, entonces, la conciencia burguesa la que debe juzgar a los hermanos Patiño, es la conciencia revolucionaria la que debe hacerlo. Juzgarlos como lo que son, esquiroles de la oligarquía, comediantes de la política que han vivido una vida entera simulando sentimientos que no tienen para obtener provecho de ello.

Ahora Raúl muerde la mano que le dio de comer, Ricardo lucha para salvar los muebles del correísmo, ambos siguen mintiendo a su manera. Pertenecen a esa cepa de oportunistas de izquierda que creen tener la razón histórica. ¡Falsos y prepotentes comediantes de la política!

[email protected]