Eduardo Naranjo Cruz
Los usurpadores de la acción política, expertos en engatusar a cantidad de ingenuos, van directo al asalto contándonos una cadena de cuentos chinos, tal el caso de las “concesiones”, que no lograron con Durán Ballén, retornan encabezadas por ese social cristiano que funge de secretario de no sé qué y que dice será un gran beneficio para el país, tamaña falsedad.
Recordemos que antes del gobierno de Correa las tarifas de conexión celular eran de casi un dólar el minuto, precio negociado por los sectores conservadores, en la renegociación del contrato se incluyó una sustancial baja del precio permitiendo a la gran mayoría de ecuatorianos el uso del sistema de telefonía celular y otras aplicaciones, además se puso como competencia reguladora la CNT.
Ciertamente en lo estatal, con el fin evitar cosas oscuras hay un sistema de administración complejo, lo que baja la competitividad de la empresa frente a la velocidad de cambio de las otras, pero esto no justifica en forma alguna la pretendida concesión, que por ningún lado garantiza nada bueno al estado ecuatoriano y mucho peor a los usuarios, ya que tan pronto ocurriese tal desastre, los precios del servicio escalarán de forma acelerada, y el despido de personas ya no será endosable al estado sino a los otros, entonces todos los usuarios deberemos iniciar una guerra telefónica con celular en mano.
No se puede permitir que nos vuelvan a asaltar, si unos lo hicieron torpemente, estos lo hacen sutilmente, como ya es conocido en el paso de nuestra historia, que no explica cómo muchos de los “jeques” políticos ecuatorianos son actualmente tan ricos y por ende poderosos y tan siniestros como aquellos de la trama hasta hoy no dilucidada y que mantiene exilados a algunos de estos “benefactores” de la Patria.