¡Cómo nombrarles!

AUTOR: Andrés Pachano

¿Cómo calificarlo?, ¿cómo nombrarles o con que adjetivo espetarles su infamia?

La noticia inunda el país: “Una repotenciación fallida de más de $2 mil millones”, ese por ejemplo el titular de un diario (El Universo) que se refiere a la Refinería de Esmeraldas; y muchos aún tenemos memoria para recordar aquellas imágenes festivas del acto de “entrega” de la “repotenciación” de este complejo petroquímico. Sí, recordamos estupefactos la francachela demagógica con la que, entre abrazos, besos y alzada de manos, celebraron semejante dispendio: ¡para nada! De 120 millones iniciales, terminaron pagando más de dos mil millones.

Mientras tanto –en el día de la noticia- una madre con llanto desconsolado clama ayuda para reponer los útiles escolares que sus hijos perdieron en el incendio de su casa.

Entonces ¡cómo nombrarles!

La planta de licuefacción de gas natural de Bajo Alto, que abastece a la industria nacional, para su construcción tuvo un costo inicial de USD 55 millones, el costo final ha alcanzado una suma de 85 millones; las noticias (El Comercio 20/8/17) informan que “…Bajo Alto registra hundimientos de suelo…”, que existen asentamientos diferenciales del suelo sin corregirse, que hay deterioro en su infraestructura. Indignante.

¡Y hay madres que suplican pan para sus hijos! No hay nombre.

Las noticias informan que el muelle del complejo Monteverde – El Chorrillo, en La Península de Santa Elena, desde el cual se distribuye el gas licuado de petróleo, corre el riesgo de colapsar por “…falta de instalación del sistema de protección que provoca la corrosión de los pilotes…” (El Comercio); se informa que su construcción ha tenido un costo inicial de 424,1 millones llegando a un valor final de 606,7 millones. ¡Entonces se nos irrita el alma!

La noticia dice “…Fallas constructivas y un litigio legal…” (El Comercio) afectan al Poliducto Pascuales – Cuenca cuyo costo inicial ha sido de 440 millones y se ha concluido por 623. Causa dolor. ¡Y nuestra gente mendiga en las calles!

¿Entonces como nombrarles? ¿Habrá que recoger acaso el calificativo que les espetó el Presidente de la República?: “…Sinvergüenzas que se han llevado la Patria…”.