Padres con un cariño especial

AGRADECIDO. Rogelio Arias junto a su hijo de 20 años, quien padece de discapacidad visual.
AGRADECIDO. Rogelio Arias junto a su hijo de 20 años, quien padece de discapacidad visual.
APOYO. Es el que recibe Joe Rivera por parte de sus padres.
APOYO. Es el que recibe Joe Rivera por parte de sus padres.
DEPORTISTA. Byron Litardo junto a sus padres. Dice estar agradecido con su papá por su apoyo.
DEPORTISTA. Byron Litardo junto a sus padres. Dice estar agradecido con su papá por su apoyo.

Ser papás de niños con discapacidad conlleva dedicación, pero a la vez brinda muchas alegrías.

El ser progenitor de un niño con discapacidad es para muchos padres, una bendición, pese a que se deben superar varias dificultades, pues manifiestan que estos chicos son los más leales y cariñosos.

Un padre que divide sus actividades de agricultor con las de cuidar a su hijo es Rogelio Arias Bueno, de 52 años, quien siempre está pendiente y apoya mucho a su hijo de 20 años, que tiene su mismo nombre, a quien ayuda sobre todo a insertarse a la sociedad sin complicaciones, pese a que se podría decir que podría haber limitaciones por su discapacidad visual e intelectual.

“Yo tengo cuatro hijos y él es que más alegrías me ha dado, mire que ahora viene de participar en Olimpiadas Especiales. Es el menor y es el único que me queda, pues los demás ya se hicieron de compromiso”, indicó Arias, quien indica que espera verlo aún más preparado.

El joven, por su parte, aprovechó para dar las gracias a su padre por su apoyo. “Gracias, mi viejo querido. Tú siempre me has estado apoyando, estoy muy contento”, expresó Rogelio.

Educando a su pequeño

Juan Rivera Soledispa es un padre de familia de 54 años que cuida de su hijo, Joe Rivera Villarreal, de 14 años. El chico nació con síndrome de Down, además de autismo. Sin embargo, el chico va a clases sin falta y ha recibido su apoyo en todos los sentidos, tanto a nivel escolar como en sus actividades deportivas.

“Yo lo conozco muy bien, pues pasa conmigo la mayor parte del día. Sé cuándo tiene alguna necesidad, pese a que él no habla nos comunicamos de cualquier forma. Mi hijo es muy ‘pilas’ para hacer algún trabajo manual o para reconocer colores y números”, aseguró.ç

Anecdóticamente, recordó que a su pequeño Joe, cuando empezó a comer solo, lo llevó en una ocasión junto a su madre a comer a un restaurante. “Estábamos comiendo y cuándo yo iba a agarrar mi segundo, me haló el plato para comer él porque quería seguir comiendo y ya había terminado con su almuerzo”, dijo entre risas el hombre.

Rivera asegura que ha aprendido mucho con Joe. Sabe que educando a un niño de su condición es como se logra que tenga un buen comportamiento. Es su hijo único, con quien vive junto a su esposa en la parroquia San Camilo.

Lo motiva a superarse

Para el comerciante Manuel Litardo, de 62 años, la adoración de su vida es su hijo Bryron, de 25 años. Él es un destacado deportista: viene de participar con éxito en las Olimpiadas Especiales a escala nacional en la disciplina de natación.

El chico tiene síndrome de Down, pero siempre muestra una amplia sonrisa en su rostro y expresa con mucha facilidad sus emociones. Bryron es el tercero de cuatro hermanos y es el único con discapacidad.

“Como familia siempre estamos unidos para atender los requerimientos de mi hijo, buscando siempre que su progreso no se detenga. Mi hijo me deja un gran ejemplo de querer hacer las cosas, de mejorar. Las personas con discapacidad no tienen límite, nos dejan unas experiencias sumamente hermosas”, dice el orgulloso padre.

Litardo reconoce sentir una inmensa alegría al ver a su hijo triunfando. “Él ha logrado superarse mucho en su vida. Quisiéramos que él continúe porque para la vida no hay limitaciones. Desde pequeño, Byron nos ha permitido conocer a tantas personas nosotros saliendo del lugar donde vivimos para que él pueda superarse”, expresó.

Byron también aprovechó para agradecer a su querido padre. “Te quiero mucho papito, gracias por apoyarme”, dijo. (JVV)