Día séptimo: Las mujeres y los niños

SALUDO
Ya se acerca la fiesta del nacimiento del Niño Dios y cuando es el cumpleaños de alguien, usualmente le llevamos un regalo. Preparemos ese regalo que somos nosotros mismos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
En un pesebre siempre hay, junto con los pastores, mujeres y niños que corren hacia el lugar donde ha nacido el Mesías. Y es que la vida de Jesús fue un constante reivindicar de la situación femenina e infantil en la sociedad judía.

LECTURA BÍBLICA
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!”. María dijo entonces: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz”. Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
Una mujer embarazada y su hijo en el vientre han reconocido la maternidad divina de María. La sensibilidad femenina ha sido capaz de descubrir aquello que estaba oculto. La humildad, la sencillez, la apertura a la vida, el fiarse de la mano de Dios… todas estas son cualidades que se encuentran presentes en el corazón de la madre. ¿Soy capaz de reconocer las cualidades femeninas de aquellas que me rodean? ¿Encuentro en los niños esa imagen de Jesús niño?

VILLANCICO
Bienvenido seas

Bienvenido seas mi niño adorado
Bienvenido seas mi niño de amor (bis)

Ángeles, santos por mi adoradle
Al dios y amante, nació en portal (bis)

Tiembla de frío, entre pajas y heno
Mi dulce dueño, mi tierno amor

Verbo encarnado, flor de
la altura
Fragante y suave, luz de Belén

Ángeles, santos por
mi adoradle
Al dios y amante, nació
en portal (bis)

Tiembla de frío, entre
pajas y heno
Mi dulce dueño,
mi tierno amor (bis)

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

SALUDO
Ya se acerca la fiesta del nacimiento del Niño Dios y cuando es el cumpleaños de alguien, usualmente le llevamos un regalo. Preparemos ese regalo que somos nosotros mismos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
En un pesebre siempre hay, junto con los pastores, mujeres y niños que corren hacia el lugar donde ha nacido el Mesías. Y es que la vida de Jesús fue un constante reivindicar de la situación femenina e infantil en la sociedad judía.

LECTURA BÍBLICA
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!”. María dijo entonces: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz”. Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
Una mujer embarazada y su hijo en el vientre han reconocido la maternidad divina de María. La sensibilidad femenina ha sido capaz de descubrir aquello que estaba oculto. La humildad, la sencillez, la apertura a la vida, el fiarse de la mano de Dios… todas estas son cualidades que se encuentran presentes en el corazón de la madre. ¿Soy capaz de reconocer las cualidades femeninas de aquellas que me rodean? ¿Encuentro en los niños esa imagen de Jesús niño?

VILLANCICO
Bienvenido seas

Bienvenido seas mi niño adorado
Bienvenido seas mi niño de amor (bis)

Ángeles, santos por mi adoradle
Al dios y amante, nació en portal (bis)

Tiembla de frío, entre pajas y heno
Mi dulce dueño, mi tierno amor

Verbo encarnado, flor de
la altura
Fragante y suave, luz de Belén

Ángeles, santos por
mi adoradle
Al dios y amante, nació
en portal (bis)

Tiembla de frío, entre
pajas y heno
Mi dulce dueño,
mi tierno amor (bis)

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

SALUDO
Ya se acerca la fiesta del nacimiento del Niño Dios y cuando es el cumpleaños de alguien, usualmente le llevamos un regalo. Preparemos ese regalo que somos nosotros mismos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
En un pesebre siempre hay, junto con los pastores, mujeres y niños que corren hacia el lugar donde ha nacido el Mesías. Y es que la vida de Jesús fue un constante reivindicar de la situación femenina e infantil en la sociedad judía.

LECTURA BÍBLICA
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!”. María dijo entonces: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz”. Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
Una mujer embarazada y su hijo en el vientre han reconocido la maternidad divina de María. La sensibilidad femenina ha sido capaz de descubrir aquello que estaba oculto. La humildad, la sencillez, la apertura a la vida, el fiarse de la mano de Dios… todas estas son cualidades que se encuentran presentes en el corazón de la madre. ¿Soy capaz de reconocer las cualidades femeninas de aquellas que me rodean? ¿Encuentro en los niños esa imagen de Jesús niño?

VILLANCICO
Bienvenido seas

Bienvenido seas mi niño adorado
Bienvenido seas mi niño de amor (bis)

Ángeles, santos por mi adoradle
Al dios y amante, nació en portal (bis)

Tiembla de frío, entre pajas y heno
Mi dulce dueño, mi tierno amor

Verbo encarnado, flor de
la altura
Fragante y suave, luz de Belén

Ángeles, santos por
mi adoradle
Al dios y amante, nació
en portal (bis)

Tiembla de frío, entre
pajas y heno
Mi dulce dueño,
mi tierno amor (bis)

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

SALUDO
Ya se acerca la fiesta del nacimiento del Niño Dios y cuando es el cumpleaños de alguien, usualmente le llevamos un regalo. Preparemos ese regalo que somos nosotros mismos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
En un pesebre siempre hay, junto con los pastores, mujeres y niños que corren hacia el lugar donde ha nacido el Mesías. Y es que la vida de Jesús fue un constante reivindicar de la situación femenina e infantil en la sociedad judía.

LECTURA BÍBLICA
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!”. María dijo entonces: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz”. Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
Una mujer embarazada y su hijo en el vientre han reconocido la maternidad divina de María. La sensibilidad femenina ha sido capaz de descubrir aquello que estaba oculto. La humildad, la sencillez, la apertura a la vida, el fiarse de la mano de Dios… todas estas son cualidades que se encuentran presentes en el corazón de la madre. ¿Soy capaz de reconocer las cualidades femeninas de aquellas que me rodean? ¿Encuentro en los niños esa imagen de Jesús niño?

VILLANCICO
Bienvenido seas

Bienvenido seas mi niño adorado
Bienvenido seas mi niño de amor (bis)

Ángeles, santos por mi adoradle
Al dios y amante, nació en portal (bis)

Tiembla de frío, entre pajas y heno
Mi dulce dueño, mi tierno amor

Verbo encarnado, flor de
la altura
Fragante y suave, luz de Belén

Ángeles, santos por
mi adoradle
Al dios y amante, nació
en portal (bis)

Tiembla de frío, entre
pajas y heno
Mi dulce dueño,
mi tierno amor (bis)

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.