Al confirmarse varios casos, el riesgo de su transmisibilidad es alto. Es necesario reforzar la bioseguridad.
Oficialmente, en Ecuador se han confirmado seis casos de la nueva variante de Covid-19 descubierta en Reino Unido, el pasado 14 de diciembre de 2020.
El primer caso se reportó en Los Ríos y posteriormente en Guayas. Los dos últimos se confirmaron en Pichincha y corresponden a un hombre de 64 años, que llegó de Inglaterra a Ecuador con una prueba PCR negativa; y, a una niña de 12 que no registra salidas del país.
Ambos están en terapia intensiva y no son parte del mismo círculo familiar o social. Esta última premisa es señal de que “existe una transmisión comunitaria, pues ya ha salido de un mismo núcleo”, según Andrés Araujo, médico experto en salud pública.
“Si la pequeña, la niña de 12 años, no ha salido del país y no tiene familiaridad con un caso de la variante, ya se puede presumir una circulación comunitaria del virus, por lo que es necesario redoblar esfuerzos, sobre todo de corresponsabilidad ciudadana”, dice Araujo.
Si bien las farmacéuticas no han señalado que las vacunas en fase tres no sean efectivas a la nueva variante, Araujo dice que por el grado de transmisibilidad, el aumentar el autoaislamiento será la única manera de evitar un colapso sanitario.
Proceso de detección
El Ministerio de Salud ha informado la activación de cercos epidemiológicos con familiares de los dos contagiados.
“Las pruebas para detectar el agente infeccioso fueron tomadas por profesionales del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi), y derivadas para su análisis genómico a la Universidad San Francisco de Quito (USFQ)”, informó el MSP.
El 60% de los nuevos casos en Londres (diciembre) y regiones aledañas corresponderían a la nueva variante.La variante de Reino Unido no es la única, pues también la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha identificado una en Sudáfrica y Brasil. Además, hay que destacar que mutación, variante y cepa son conceptos distintos (ver recuadro). (AVV)
Caso cero
Tras permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), de Quevedo (Los Ríos); y, recibir atención médica el pasado 19 de enero, el caso cero fue trasladado de UCI al área de hospitalización, donde se recuperó y recibió el alta definitiva de la casa de salud, el pasado 26 de enero.
La variante inglesa puede ser entre 30% y 70% más contagiosa. “Todavía no se ha comprobado que la variante sea más letal, pero eso debe aún estudiarse, pues al tener más transmisibilidad es probable que actúe con rapidez, por lo que hoy por hoy recibir atención oportuna es fundamental”, añade la infectóloga Saskya Lemus.
Labor de la Academia
Para encontrar y dar seguimiento a estos casos, universidades como la San Francisco de Quito (USFQ), y Espíritu Santo de Guayaquil (UEES), continúan con su labor de secuenciar el genoma del virus y su impacto en el país.
Los familiares de los dos casos de Pichincha tienen síntomas y están aislados. Por una parte, la UEES se concentra en las muestras de posibles casos y también aquellas recolectadas en terapia intensiva de hospitales de Los Ríos, Guayas, Pichincha y Galápagos, con el objetivo de conocer su letalidad o agresividad.
Mientras que la USFQ se encarga de secuenciar los casos con mayor riesgo epidemiológico, como los de Quito.
Diferencias entre mutación, variante y cepa
Mutación: Cuando existen mínimas modificaciones genéticas y las moléculas hacen copias de sí mismas.
Variante: Cuando una mutación se agrupa y presenta cambios (en este caso velocidad de transmisibilidad).
Cepa: La suma de muchas variantes que transforman significativamente el virus, es decir crearía una nueva especie. Esto no se ha identificado, por lo que no existe, al momento, una nueva cepa del Sars-Cov-2.
“Como la variante es más contagiosa, aumentan las probabilidades de que haya más contagios y posiblemente más muertes; pero no porque se haya comprobado que es más letal, sino porque saturaría aún más el sistema”.
Saskya Lemus
Infectóloga