Los comerciantes de carne que fueron reubicados hace poco por la Municipalidad en una de las áreas del mercado central, denunciaron el estado de insalubridad en el que se vienen laborando en el lugar.
Aseguran que hasta el momento no cuentan con una batería sanitaria para sus necesidades fisiológicas, constatándose que varios varones que laboran en dicha área y la de mariscos se ven obligados a orinar en fundas y arrojarlas a un costado del mercado.
Entre los incumplimientos también está que en el espacio que les han asignado no tiene el techado completo, por lo que varios vendedores tienen que laborar, la mayoría de los días, bajo el inclemente sol y en ocasiones soportar las lluvias.
Alma Angulo, quien se dedica al expendio de carne de res en el lugar, dijo que con la lluvia caída la madrugada del pasado miércoles se inundaron, porque no hay un desfogadero de agua.
Muy pocas ventas
De las 15 personas que fueron transferidas a dicha área, apenas seis laboran en el lugar, porque es muy poco lo que se vende.
El comerciante Luis Jama comentó que mientras se encontraban en la calle Malecón vendía de dos a tres chanchos diarios, actualmente sólo vende uno.
Al igual que otros de sus compañeros de trabajo, Jama manifestó que el mercado central se ha convertido en un despostadero de reses y cerdos, puesto que el trabajo que hacen en el camal de San Mateo no es el adecuado.
Aseguran que debido a la pésima labor a algunos comerciantes continuamente se les dañan los menudos, porque son traídos sin limpiar.
La hora exacta en la que el mercado municipal se convierte en despostadero es a partir de las 16h00, de acuerdo con lo manifestado por los comerciantes.