Performance: expresarse desde la libertad del cuerpo y el pensamiento

OBRA. ‘Fasciia: piel adentro’ en su gira por Cuenca, 2018. (Foto: Juan Pablo Viteri)
OBRA. ‘Fasciia: piel adentro’ en su gira por Cuenca, 2018. (Foto: Juan Pablo Viteri)

El performance se ha transformado en una herramienta que busca romper con la idea de representación tradicional en todos sus niveles. Esta técnica fusiona la experimentación corporal con el entorno y otros elementos para exponer un mensaje. Actualmente, varios espacios y colectivos gestionan propuestas interesantes que invitan al espectador a ser parte de esta experiencia artística.

Gabriela Ponce, profesora de Artes Escénicas y experta en Dirección de Teatro y Performance, comenta que “el performance nace como una extensión de las vanguardias del siglo XX”. En ese entonces, surgieron movimientos que empezaron a cuestionarse los modos tradicionales de hacer arte y se plantearon formas interdisciplinarias de creación.

En el performance no hay necesariamente la mediación de un texto. El artista se expone a sí mismo y desafía al espectador a ser parte de la experiencia. En la capital, espacios como Sin Teatro o No Lugar han gestionado propuestas y talleres de performance.

Ponce ve el performance como una forma de expresión que rompe barreras y abre el diálogo entre muchas disciplinas. “Es un arte político, porque se rebela contra la institución del arte”, dice. Es, además, una manifestación que subvierte las formas tradicionales de concebir el cuerpo, la sexualidad y la organización política.

En la danza
Talvez es un grupo de danza creado en la Universidad San Francisco de Quito. Pablo Molina, miembro del colectivo, cuenta que los bailarines han trabajado varias obras interactivas, pensadas para espacios menos convencionales.

Estas obras no suelen tener un guion o una estructura escénica. Están pensadas para la intervención de la gente y ese es su carácter performático.

Algunas de estas propuestas son ‘Cuerpo Intuitivo’ y su última creación, ‘Fasciia: piel adentro’, la que se estrenó en febrero de 2018; además, con esta se realizó una gira por Quito, Cuenca, Loja, Guayaquil y Buenos Aires.

Molina entiende el performance como una experiencia corporal que está atravesada por múltiples soportes, que pueden ser materiales, discursivos, sonoros o audiovisuales.

COLECTIVO. PachaQueer en la marcha ‘Todos Somos Martha’, 2019. (Foto: Florencia Luna)
COLECTIVO. PachaQueer en la marcha ‘Todos Somos Martha’, 2019. (Foto: Florencia Luna)

Un acto político
El performance también es una herramienta para generar encuentros de diálogo en espacios públicos. La Chakala es una artista ‘performer’ que incursionó en este arte para protestar en contra de la opresión y la violencia.

Lleva tres años involucrada en el performance y lo ve como una práctica empírica y un acto político, que le ha permitido herir las susceptibilidades e interpelar estados de comodidad.

“El performance fue una manera de visibilizarme. Me permitió reconciliarme con mi cuerpo”, comenta. Su búsqueda de la incomodidad le ha llevado a performar en el espacio público.

PachaQueer
El proyecto PachaQueer se estableció en Quito en 2013 con la intención de generar espacios de confianza donde las personas puedan expresarse mediante el descubrimiento de su propio cuerpo.

La Mota y La Coca, fundadoras del colectivo, lo crearon como una trinchera de lucha donde varias aliadas hacen performance para transmitir sus experiencias. “Nuestras existencias son bombas molotov que pueden atomizar y detonar dentro de la cotidianidad, a través de herramientas como el performance”, dice La Coca.

Las ‘performers’ manifiestan que todos tenemos la posibilidad de performar. Más allá de escuelas y formaciones artísticas, para ellas el performance parte de la necesidad de auto-conocerse y de salir de los sistemas de opresión, discriminación y violencia que el colectivo cuestiona. “Nosotras vemos el performance como una posibilidad de sanación, de enunciación y de celebración”, dice La Mota.

En mayo del 2013, el primer encuentro ‘Performática’ propuso al público expresarse por este medio. A raíz de ese encuentro, PachaQueer ha organizado varios más con la intención de luchar en contra de lo que llaman ‘los sistemas opresores’ en colectividad. La Mota y la Coca planifican un festival de performance para mediados de este año.

FRASE

Para nosotras, más que una disciplina o una manifestación transdisciplinaria del arte, el performance es una ritualidad”. La Coca, fundadora de PachaQueer.

LAHORA/LAB

Un taller con estudiantes universitarios de Periodismo.
Andrea Aguirre, USFQ