La economía, una manzana envenenada para el próximo presidente de Brasil

Finanzas. Brasil aún sigue recuperándose de los efectos de la pandemia.
Finanzas. Brasil aún sigue recuperándose de los efectos de la pandemia.

Los gastos que se encuentran contenidos y las demandas sociales  presionarán el presupuesto en 2023.

Redacción SAO PAULO

Brasil encara un crecimiento más robusto de lo esperado, desempleo a la baja y una aparente salud fiscal, pero la economía puede ser una manzana envenenada para el vencedor de las elecciones del domingo, en las que se miden el presidente Jair Bolsonaro y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

Los favorables números económicos podrían ser tan solo un espejismo en un país que sigue aún recuperándose de los efectos de la pandemia y de la guerra en Ucrania, tales como una inflación disparada y la deuda por las nubes.

Bolsonaro concluirá su mandato con un Brasil más endeudado que cuando asumió el poder (equivalente al 77,6% del PIB en el pasado julio) y dejará lo que los economistas han tildado de «bomba fiscal».

«Parece que estamos en una situación buena, de alivio fiscal, pero se trata solo de un fotograma, cuando vemos la película completa observamos varias amenazas preocupantes para 2023″, dijo la economista Julliana Damasceno, analista de la consultora Tendencias.

Como ejemplos, Damasceno citó la más que probable manutención de las ayudas sociales de 600 reales mensuales (unos 115 dólares) a los pobres o una posible subida salarial a los funcionarios, cuyas nóminas están congeladas desde 2017.

Frenazo para 2023

«Muchos problemas están siendo empujados para el año que viene, principalmente en la parte fiscal», alertó Bráulio Borges, economista de la Fundación Getulio Vargas (FGV) y de la consultora LCA.

De acuerdo con Borges, las «bondades» que el Gobierno de Bolsonaro ha otorgado en términos fiscales para estimular la economía en pleno año electoral comprometerán la economía del país los próximos años.

El PIB brasileño creció un 1,2 % en el segundo trimestre de 2022, por encima de las expectativas, y empujó al Gobierno a elevar las previsiones para este año del 2% hasta el 2,7% anual.

El mercado prevé un leve crecimiento del 0,50% en 2023. El frenazo, resaltó el economista, será también un reflejo diferido de la política monetaria llevada a cabo por el Banco Central para contener la inflación.

«La política monetaria va a tener impacto más fuerte (en la economía) a finales de este año y principalmente el año que viene», explicó. EFE