Los desastres del último año dejan millonarias pérdidas y nuevas lecciones

Castástrofe. Fotografía realizada con un dron que muestra los daños tras el paso de un tornado en un barrio de Naperville, en Illinois (Estados Unidos).
Castástrofe. Fotografía realizada con un dron que muestra los daños tras el paso de un tornado en un barrio de Naperville, en Illinois (Estados Unidos).

Olas de calor, terremotos, inundaciones, sequías y otras catástrofes obligan a pensar en nuevas soluciones ambientales

Redacción MADRID

Las catástrofes ocurridas entre 2021 y 2022 se cobraron la vida de unas 10.000 personas y tuvieron un costo de $280.000 millones, de acuerdo a un informe de Naciones Unidas, que señala que los desastres ambientales están conectados pero también las soluciones.

El informe ‘Riesgos de catástrofes interconectadas 2021/2022’ elaborado por investigadores de la Universidad de Naciones Unidas analiza diez catástrofes ocurridas entre 2021 y 2022 en todo el mundo y en las que han influido factores económicos, políticos, sociales o ambientales.

Entre las catástrofes analizadas están: la ola de calor en la Columbia Británica (Canadá), el terremoto en Haití, el huracán Ida, las inundaciones en Lagos, incendios en el Mediterráneo, la inseguridad alimentaria en Madagascar, la sequía en Taiwán, la erupción del volcán Tonga, la desaparición de la vaquita marina y los elefantes errantes.

Según los expertos, estos eventos fueron seleccionados por su notoriedad y representación de un «problema global más amplio que ha cambiado o cambiará vidas en todo el mundo», pero además, identifican las soluciones, que también están interconectadas y se pueden desarrollar para prevenir futuros acontecimientos o gestionar problemas de los ya acontecidos.

Las soluciones

Entre las soluciones que se plantean en el documento, está la mejora de los sistemas de alerta temprana lo que habría reducido el número de víctimas mortales durante la ola de calor de la Columbia Británica, el tsunami del volcán Tonga y las inundaciones de Lagos.

Asimismo, instan a hacer un consumo de forma sostenible para reducir la presión sobre los ecosistemas y lograr una protección de peligros como las inundaciones de Lagos o Nueva York. Pero, además, conseguir preservar recursos de agua y alimentos en épocas de escasez, como demuestran la desaparición de la vaquita marina y la sequía en Taiwán.

El informe, que se puede consultar en https://interconnectedrisks.org/, plantea además reforzar la gobernanza para incrementar la capacidad de las instituciones y así desarrollar iniciativas que reduzcan el riesgo de desastres.

Para ello, dicen, es necesario dejar actuar a la naturaleza, restaurar los ecosistemas forestales para evitar la degradación de la tierra. Asimismo, la regeneración de los ríos y arroyos urbanos y la aplicación de una planificación urbana que tenga en cuenta los riesgos para reducir inundaciones. EFE