Unidad Educativa Nicolás Infante Díaz, un legado lleno de historia y civismo

J. NICO
Decenas de estudiantes y docentes han formado parte de este plantel, uno de los más prestigiosos de la región.

Colaboración: Dra. Lupe Montes García

Hoy es un día glorioso en el calendario cívico del Colegio Nacional Nicolás Infante Díaz, y no solo de esta institución, sino de la provincia de Los Ríos. El Coronel Nicolás Infante Díaz nació en Palenque el 4 de septiembre de 1847, fueron sus padres, Nicolás Infante Bustamante, guayaquileño; y María Trinidad Díaz, de cuna manabita.

No cumplía los 10 años cuando murió su padre, su madre optó por trasladarse a Guayaquil y dejar los predios agrícolas las que tanto amaba.

En esta ciudad, el inteligente jovencito recibió las enseñanzas de un maestro chileno, el cual le inculcó el amor a la lectura y lo contagió con sus  ideas liberales revolucionarias que llenaron de entusiasmo a Nicolás. Se dedicó al estudio de los derechos del hombre y a la lectura de la historia de la Revolución Francesa. La influencia de su preceptor fue tan grande que modificó su existencia, se hizo rebelde, de espíritu combativo a favor de su querida patria.

Cuando García Moreno en 1869, dio el golpe que acabó con el gobierno de Javier Espinoza, el general Veintimilla protestó y se insurreccionó en Guayaquil tomando el cuartel de artillería. Para esto, Nicolás Infante tenía 22 años y al conocer la situación, conjunto a sus dependientes a las inmediaciones del cuartel donde había un cañón y al ser descubiertos, les gritaron: ríndanse y ellos respondieron; vencidos pero jamás rendidos, y Nicolás fue tomado prisionero, su madre tuvo que pagar la fianza para que lo dejen en libertad, tiempo después fue enviado a Europa donde aprendió los idiomas inglés y francés.

Retorno

Regresó al Ecuador en 1872, y desde Guayaquil frecuentó grupos liberales y fundó el periódico ‘La Nueva Era’, junto a Juan Bautista, Rolando Coello, Miguel Valverde y Federico Proaño. En este periódico combativo y mordaz dio a conocer sólidos criterios sobre la realidad del país.

Nicolás Infante acaudilló un golpe de estado en Guayaquil, en 1876, y fue proclamado por el general Eloy Alfaro, jefe Supremo del Partido Liberal Radical. Luego regresó la filas del ejército Regenerador, que Alfaro inició en Manabí, y en 1883, entra triunfante a Guayaquil, donde recibió el grado de Coronel.

Nicolás formó un pequeño ejército, denominado Husares de Chapulo, con el que participó en numerosos combates como el de Mapasingue (cerca de Guayaquil) y Maculillo (cerca de Balzar), luego pasa a Palenque donde moviliza un centenar de peones; siguen hasta Vinces, reúnen material bélico y fue nombrado jefe Civil y Militar de la provincia de Los Ríos.

En noviembre de 1884, a orillas del río Chapulo, Nicolás tomó juramento a su grupo, y junto a Emilio Estrada, Marco Alfaro, Crispín Cerezo, José Monteverde, Justo Infante y José Borja Lavayen, entre otros patriotas, prometieron derramar la sangre para salvar la patria, sumida en la más cruel esclavitud.

Los liberales fueron víctima de persecución, tenían orden de prisión. En diciembre de 1884, Infante y Alfaro, trataban de evadirse navegando por las aguas del río alto Palenque, las tropas gobiernistas los apresaron y fueron llevados prisioneros a Palenque. El General Secundino Darquea, quién había tomado ventajas cuando murieron algunos Chapulos en el combate de Pizcano, decretó el indulto para que no sea fusilado el Coronel Nicolás Infante Díaz, pero el Consejo de Guerra presidido por Orejuela, hizo caso omiso y ordenó su fusilamiento.

Nicolás Infante manifestó que nada cambiaría su fe en el brillante provenir de la patria, cuando una mujer se le acercó llevándole el almuerzo, él respondió: “Gracias para qué, esta noche cenaré con Plutón en el infierno”, y agregó ‘‘¡Hoy levantan el Cadalso para exterminar el brote fecundo de la libertad, no lo conseguirán, quedan hombres altivos que no se acobardarán cuando vean correr mi sangre y teñirán en ella la insignia de rebelión lucharán contra los verdugos de mi patria!».

El 1 de enero de 1885, Nicolás tenía 38 años, y ya listo para el fusilamiento, cuando le iban a vendar los ojos, él respondió: “Quiero ver la bala asesina que cegará mi vida”, luego se escucharon los disparos. Su cadáver fue enterrado en Palenque.

Colegio

El legendario colegio Nacional Nicolás Infante Díaz se creó el 11 de junio de 1956, siendo el primer establecimiento secundario de Quevedo con el apoyo de valiosos ciudadanos heraldos de la civilización, entre los que citamos: Manuel Quintana Miranda, Gilberto Montes Véliz, Sergio Peña, Dora de Peña, Lady Esteves, Elisa Marín de Jalón y el Filántropo Don Camilo Arévalo Govea.

Se inició con 12 señoritas y siete varones, después se matricularon más estudiantes en el Normal Rural Municipal. El Dr. Carlos Julio Emanuel expresó en el Congreso que lleve el nombre del ilustre palenqueño: Coronel Nicolás Infante Díaz. Todos los años los profesores y estudiantes se trasladaban a Palenque para rendir homenaje al Patrono de la Institución.