Rebeca Matute: “se debe valorizar la danza como una profesión”

BAILARINA. Rebeca Matute en la presentación de la obra “Historia de Toa y Manco”.

La lojana aspira crear nuevos espacios culturales, con el fin de promover las capacidades artísticas emergentes.

 

Rebeca Matute de 27 años, es una bailarina de danza contemporánea y de disciplinas similares, reconocida como una de las mayores representantes del arte local.

Sus primeras experiencias en el baile las adquirió a los nueve años, en los talleres ofertados por la Casa de la Cultura Núcleo de Loja, donde aprendió ballet, danza contemporánea y folklore hasta los 17, edad en la que culminó con sus estudios secundarios.

Una vez que terminó el colegio, se mudó al Azuay para estudiar la carrera de Artes Escénicas en la Universidad de Cuenca. En este centro educativo adquirió conocimientos en danza y teatro, dos componentes fundamentales en la licenciatura que Rebeca concluyó en el 2017.

En la actualidad, estudia una maestría en Danza Contemporánea, con mención en Formación del Bailarín en la Universidad Nacional de Costa Rica. Con este título de cuarto nivel, la lojana desea enseñar arte bajo los lineamientos pedagógicos requeridos y con base en su experiencia.

Debido al coronavirus, recibe las clases de manera virtual, no obstante, desea que la situación se normalice para conocer a sus compañeros de forma presencial.

A lo largo de su trayectoria, ha dictado cursos en la Casa de la Cultura, en Casa Talento de Cuenca y ha formado parte de importantes interpretaciones. Ha trabajado con la academia de danza contemporánea de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), entre otros proyectos relacionados con el arte.

¿Cuáles han sido sus presentaciones más importantes?

Cuando era bailarina de la Casa de la Cultura, la obra que recuerdo a la perfección es “Cascanueces”, un proyecto de ballet que se desarrolló en diciembre y que estuvo dirigido a niños. En la obra hubo mucha magia y diferentes elementos que aportaron a la historia.

En la universidad hice danza contemporánea. Cabe recalcar que esta disciplina tiene algunas diferencias con respecto al ballet, ya que le permite al bailarín expresarse desde otro lenguaje.

Junto a la academia “Lojadanza” presentamos una obra en Saraguro titulada “Historia de Toa y Manco”. En este evento bailé como solista y tuve la oportunidad de contar la historia de Loja y su cultura por medio del movimiento corporal. La obra se trabajó en conjunto con la Orquesta Sinfónica y se mostró en el Teatro Nacional Benjamín Carrión Mora como parte del Festival Internacional de Artes Vivas de Loja 2018.

En Cuenca estuve en el Laboratorio Permanente de Creación y Composición, un espacio que permite potenciar el lenguaje contemporáneo con ciertas particularidades. En este espacio me presenté con el coreógrafo y bailarín quiteño Ernesto Ortiz Mosquera, y juntos abordamos el proyecto “La señorita Wang”.

Considero que estas tres obras han marcado mi trayectoria, ya que me han permitido desarrollar y fortalecer los lenguajes de la danza.

¿Cómo percibe el apoyo recibido?

Mis papás siempre han estado presentes. Ellos me inscribieron en los talleres de danza cuando era niña, y es así como incursioné en el ámbito.

Cuando decidí estudiar en Cuenca, mis progenitores me dieron impulso para continuar y luchar por mis sueños, por lo que nunca he recibido una negativa por parte de mis padres y del resto de mi familia.

Con respecto al apoyo de la gente, he sido merecedora de críticas positivas y negativas. Recuerdo que hace varios años la gente no sabía que Artes Escénicas era una licenciatura y se sorprendían cuando les decía que estudiaba esta carrera, no obstante, hoy en día la profesión tiene mayor reconocimiento social.

Los comentarios de las personas nunca faltan. Hay quienes me felicitan por seguir lo que me gusta, asimismo, hay aquellos que no le dan la importancia necesaria al arte.

De todas mis amigas que estudiamos en la Casa de la Cultura, yo soy la única que cursa una carrera universitaria relacionada con la danza, sin embargo, mis compañeras continúan involucradas en el baile y lo realizan conforme a sus posibilidades.

Pese a las críticas que recibo, continúo con mayor motivación, puesto que mi objetivo es aprender para enseñar a los demás.

¿A quién admira?

Hay muchos bailarines que son dignos de un reconocimiento, ya que emprender en esta carrera requiere de mucho sacrificio y disciplina.

Uno de los maestros a los que admiro es Ernesto Ortiz, quien se desempeña como coreógrafo, bailarín y crítico de danza. Esta persona me ayudó a entender el mundo del arte contemporáneo.

Ernesto es muy bueno en lo que hace. Sus obras demuestran un trabajo no convencional, por lo que me parece interesante que en esta área se creen diferentes espacios para mostrarle al público algo innovador.

¿Qué es lo más complicado de la danza?

Pienso que una de las posibles limitaciones es el poco apoyo de las instituciones. Se debe valorizar el arte y considerarlo como una actividad útil, puesto que muchas personas piensan que no aporta y lo catalogan como un simple hobby.

Todas las manifestaciones deben entenderse como una profesión que forma parte del ámbito cultural de un determinado territorio.

Por medio del arte y la danza he aprendido a desarrollar varias capacidades, no solo físicas y corporales, sino que también críticas. Esta labor le permite al ser humano aprender, cuestionarse y reflexionar sobre las cosas.

¿Cuál es el principal reto?

En la danza lo primordial es el cuerpo. La destreza para realizar los movimientos de forma fluida requiere de arduos ensayos que se logran gracias al compromiso del bailarín y de su profesor.

En esta profesión se necesita disciplina y entrega. Lo bonito del baile contemporáneo es que permite que las personas descubren hasta dónde pueden llegar.

¿Cuáles son sus proyectos a futuro?

Quiero culminar la maestría y aplicar los conocimientos aprendidos a través de la enseñanza. Varios exponentes locales, incluida mi persona, queremos que se formalice la educación artística.

Aspiro crear espacios para desarrollar nuevas capacidades en danza que se complementen con una educación académica formal, con el objetivo de promover la escena cultural y potenciar los talentos de Loja.

 

TOME NOTA

Rebeca aprendió danza con Aura Ocampo, directora de la academia “Lojadanza”

EL DATO

Dentro de un año se especializa en Danza Contemporánea.

EXTRACTO

“El arte no es un hobby. Tampoco es algo que cualquier persona aprende porque no es capaz de hacer otra cosa”