Bajo una crisis energética, Loja enfrenta cortes de energía prolongados, desorden en servicios públicos, impacto en la salud, economía y cultura.
La ciudad de Loja se ve envuelta en una oleada de descontento ante los recurrentes cortes de energía y la crisis energética que atraviesa Ecuador. Los ciudadanos expresan abiertamente su indignación por la gestión de la situación por parte de las autoridades, particularmente la EERSSA, quienes, a pesar de haber publicado horarios de cortes, no logran cumplir con ellos.
En algunos barrios, los cortes se prolongan hasta cinco horas, dejando a los residentes sin electricidad para sus actividades normales.
A pesar de la situación, el transporte público sigue operando, aunque las paradas de autobús permanecen cerradas. Esta falta de organización se refleja en las aglomeraciones en las áreas donde los autobuses recogen pasajeros, con hasta cuatro líneas de autobús compartiendo una misma esquina.
Las farmacias continúan brindando servicio, aunque el sistema de cobro se ve afectado, limitado casi exclusivamente al efectivo. Los empleados se ven obligados a llevar un registro manual de las ventas debido a la interrupción del sistema de cobro electrónico.
Los efectos se extienden al sector de la salud, donde los cortes de energía han obligado a suspender la atención médica. Mirna Bustamante, una residente lojana, relata su experiencia en el Hospital Isidro Ayora, donde los cortes de energía interrumpieron la programación de citas médicas, obligando a los usuarios a retirarse del establecimiento ya que con el corte se suspendió el servicio de agendamiento, y obligando a los pacientes a regresar en días posteriores para intentar asegurar un turno durante los periodos de suministro eléctrico. Debido a los problemas, el Ministerio de Salud Pública (MSP) comunicó, este miércoles 17 de abril, que garantizará el acceso permanente e ininterrumpido a los servicios de salud para toda la población.
En el ámbito económico, los pequeños comercios, como micromercados, se ven obligados a cerrar ante la imposibilidad de realizar transacciones sin energía eléctrica. Los congeladores, esenciales para el almacenamiento de productos como helados y comestibles, al apagarse, resultan en pérdidas económicas significativas para los propietarios ya que los helados y comestibles una vez descongelados ya no se pueden volver a vender.
La comunidad de emprendedores también se ve afectada, como lo señala Karina Montalvo, presidenta de la Cooperativa de Emprendimiento Somos Loja. Los cortes de energía comprometieron eventos planificados como la feria del 16 de Abril y afectaron la operación diaria de los talleres caseros de varios emprendedores, destacando la necesidad de una comunicación más efectiva por parte de las autoridades para que las organizaciones puedan planificar mejor sus actividades.
Incluso el sector cultural sufre las consecuencias, con la cancelación de eventos como obras de teatro y danza debido a la incertidumbre generada por los horarios impredecibles de cortes de energía. Este es el caso de la obra: La Última Esperanza, dispuesta a presentarse este viernes y sábado, cuya planificación se viene dando desde el mes de enero, y que tuvo que ser cancelada debido a la incertidumbre por los cortes de energía, así lo comunicó la asociación Cuerpos Danza.
Por otro lado, los restaurantes enfrentan dificultades con la recepción tardía de pedidos y la falta de opciones de pago electrónicas, lo que afecta la fluidez de sus operaciones.
El Registro Civil comunicó que va a laborar normalmente y garantizará la prestación de los servicios de cedulación, de acuerdo al siguiente horario:
- Los días jueves 18 y viernes 19 de abril de 2024, de 08:00 a 18:00, según el turno agendado.
- El sábado 20 y domingo 21 de abril, de 08:00 a 14:00. La jornada de este fin de semana es únicamente para los ciudadanos mayores de 16 años que no tengan su cédula, de cara al Referéndum y Consulta Popular 2024.
Semáforos apagados, deficiencia en el servicio de datos móviles, negocios cerrados; en resumen, la ciudad de Loja se enfrenta a una serie de desafíos derivados de la crisis energética, que afecta a diversos aspectos de la vida cotidiana y la actividad económica de sus habitantes.