En uno de los últimos hechos de inseguridad la semana pasada, el personal de la Policía Nacional habría llegado a los 20 minutos después de haber notificado la emergencia.
El sistema del ECU 911, ante los diferentes sucesos registrados en Loja, en el tema de inseguridad y de accidentabilidad, ha sido bastante cuestionado por la forma de cómo operan al momento de canalizar una llamada de emergencia. Según la ciudadanía, los protocolos obstaculizan una ágil atención.
Problema
El principal problema de esta entidad, según las denuncias, ha sido la demora en los tiempos de respuesta en el trámite de atención de emergencias reportadas a la línea única 911. El inconveniente estaría en el protocolo, es decir, al momento que aceptan la llamada y empieza el interrogatorio con preguntas como: nombres, número de cédula, edad, dirección, tipo de emergencia, datos del paciente, estado del paciente, características del malhechor en caso de robo o asalto, entre otro tipo de información que solo en la llamada toma entre 3 a 5 minutos.
Este tipo de quejas han sido constantes, desde su creación en el 2014, año en que fue inaugurado en Loja, con el fin de coordinar las emergencias. Las emergencias no han sido canalizadas a tiempo, según los usuarios, a la parte céntrica de la ciudad se demoran entre 5 y hasta 10 minutos para arribar, pese a que todas las instituciones de seguridad están ubicadas en el área urbana.
Denuncia
El hecho ocurrido el jueves en la noche en donde un ciudadano fue apuñalado en los exteriores de un local de venta de pollos de la ciudad por parte de malhechores, causó pánico en los ciudadanos e indignación en quienes estuvieron llamando al ECU 911 para solicitar la presencia de la Policía Nacional, pero no lo lograron a tiempo.
Según uno de los testigos del hecho, quien no dio su nombre, por temor a represalias, manifestó que a las 20:52 minutos, del pasado 24 de noviembre, realizó la primera llamada al ECU 911 y hasta las 21:11 estuvo insistiendo en que envíen una patrulla al lugar, sin embargo, los protocolos impidieron que canalicen pronto la emergencia. “Es una barbaridad, nos piden nombres, dirección, referencias, pese a que al inicio ya se les da, y por último hasta qué ropa usa el delincuente, cuáles son sus características y más. La interrogante es, qué persona puede darse cuenta de tanto detalle en una emergencia. Mientras uno da los datos, al menos las entidades de seguridad ya deberían estar arribando al sitio”, reveló.