Comunidades indígenas le ponen candado al Municipio de Otavalo

Ritual. El proceso de justicia indígena se aplicó a tres personas, en Otavalo, la tarde de este 30 de mayo, frente al pretil municipal.
Ritual. El proceso de justicia indígena se aplicó a tres personas, en Otavalo, la tarde de este 30 de mayo, frente al pretil municipal.

Tras castigar a tres malhechores en pleno parque central, donde dejaron un carro incinerado, los comuneros pusieron candados en las puertas de la casa municipal.

Redacción IMBABURA

Con cadenas y candados terminaron las puertas de ingreso al Municipio de Otavalo, la tarde de este lunes, 30 de mayo de 2022.

Esto, como una medida de rechazo de más de 60 comunidades kichwa al problema de inseguridad que atraviesa la ciudad. A diario se registran robos a personas, locales comerciales y viviendas, tanto en zonas urbanas como rurales.

El preámbulo a la ‘clausura’ simbólica del Municipio incluyó la aplicación de la justicia indígena a tres delincuentes, quienes fueron capturados cuando intentaban robar en el sector de Puerto Alegre, en la parroquia Eugenio Espejo.

Captura

Según los moradores, dos hombres habrían intentado robar los teléfonos  celulares de un grupo de personas de la zona, quienes lograron capturar a uno de ellos, mientras el otro logró escapar hasta donde estaba estacionado un carro, con placas de Cañar, que era conducido por una mujer.

Los afectados corrieron la voz de lo sucedido y  todas las comunidades aledañas se pusieron en alerta. Enseguida, los delincuentes fueron retenidos para que se les aplique la justicia indígena, una práctica ancestral reconocida formalmente dentro de las leyes ecuatorianas.

Josué Otavalo Quishpe, presidente de la comuna Puerto Alegre, explicó que tras una asamblea con todas las comunidades kichwa, se decidió el castigo para las tres personas, así como incinerar el carro en el que se movilizaban. En el interior del automotor encontraron armas cortopunzantes, municiones de revólver y otras herramientas para delinquir.

Agregó que también se acordó realizar el baño ritual de justicia indígena en la plaza central de Otavalo, esperando la presencia de las autoridades locales. Justo para esta  semana se planificaba, con más de 60 comunidades kichwa, organizar una marcha precisamente para protestar contra la falta de acciones para contrarrestar la inseguridad en todo el cantón.

Quemaron el carro

A las tres personas, primero, les hicieron limpiar la casa comunal de Puerto Alegre, para luego dejarlas en ropa interior. Tras esto, les colocaron costales con tierra y piedras sobre sus hombros, para hacerlos caminar, por más de una hora, hasta el centro de Otavalo.

A medio camino, la marcha con los delincuentes llegó al sector de Guacsara, donde se tenía planificado incinerar el carro, en un terreno baldío junto a la Panamericana Norte.

Este proceso contó con la supervisión de los bomberos y la Policía, en medio de la presencia de centenas de personas, en su mayoría de comunidades indígenas.

Mientras se retomaba el camino hasta la municipalidad, más cabildos kichwa se fueron uniendo, formando una masiva marcha de protesta, una vez más, cansados de la inseguridad.

Al llegar al pretil municipal, se encontraron con la casona municipal cerrada y con vallas en sus alrededores, mientras los dirigentes de las comunidades esperaban la presencia del alcalde, Mario Conejo.

Cierre. Tras la purificación frente al Municipio, la gente se cansó de esperar a alguna autoridad local y decidió poner candados en todas las puertas.
Cierre. Tras la purificación frente al Municipio, la gente se cansó de esperar a alguna autoridad local y decidió poner candados en todas las puertas.

Cierre simbólico

Tras el baño ritual en medio del parque central de Otavalo, ante la mirada de decenas de personas de las comunidades kichwa, de curiosos nacionales y extranjeros, los dirigentes siguieron esperando la presencia de alguna autoridad local, pero nadie apareció.

Ante esto, decidieron ‘clausurar’ las instalaciones municipales, colocando candados y cadenas en todas las puertas de ingreso, hasta tener una reunión con los funcionarios públicos.

Luis Guamán, líder comunitario y vocero de los comités de seguridad que se organizan en las comunidades, relató que los dirigentes de los cabildos kichwa resolvieron esta medida por la falta de atención de las autoridades, ante un problema que los aqueja a diario y va en aumento.

“Si las autoridades son respetuosas con nuestras decisiones, la cadena debe quedar puesta de forma permanente, hasta conversar con los cabildos kichwa. Ellos son mandantes del pueblo y el pueblo es el que decidió poner los candados. Ellos tenían que salir hoy y dar oído a la gente, pero nada ha pasado y vemos que no les interesa lo que dice la ciudadanía”, dijo.

Agregó que la decisión comunitaria también fue que el carro incinerado se quedé en medio parque, frente al Municipio, como una señal de las resoluciones adoptadas por los cabildos y una muestra más de la falta de seguridad en Otavalo.

Justicia indígena vs. justicia ordinaria

Desde la Federación de los Pueblos Kichwas de la Sierra Norte, su presidente, Manuel Catucuago, resaltó que dentro de los territorios rurales y urbanos donde habitan mestizas e indígenas la ciudadanía está intentando acoger la justicia indígena más que la ordinaria, “porque se miran mayores resultados, de forma inmediata” sobre los infractores.

“Siempre se ha hecho un debido proceso, se investiga cada caso y se obliga a reponer los daños o perjuicios que se han ocasionado, sabiendo muy bien los temas de derechos humanos. La ciudadanía debe conocer que la justicia indígena no es simplemente hacer baños purificadores, sino que existe un debido proceso con conocimientos propios desde los pueblos y nacionalidades que lo aplican”, dijo.

Luis Guamán, líder kichwa, expuso, en su momento, que al ver que ciertos delitos se vuelven más frecuentes, prácticamente a diario en todo Otavalo, este tipo de prácticas precisamente salen de las comunidades indígenas y se extienden a todo el territorio.

“Si es de castigar, tenemos que hacerlo, ayudando a toda la ciudadanía, porque estos casos llegarán luego a manos de la Policía, quienes también harán las cosas hasta donde puedan y luego dependerá de un juez”, expuso.

El carro incinerado fue llevado luego frente al Municipio de Otavalo, como parte de la protesta contra la inseguridad en todo el cantón.
Desde el Municipio de Otavalo, hasta las 18:00 de ayer, no se emitió ningún pronunciamiento. Sin embargo, sobre el tema de inseguridad, anunciaron el inicio de mesas de trabajo desde este 31 de mayo de 2022.