Paz y trabajo, no anarquía

Shakespeare Abarca Córdova
Shakespeare Abarca Córdova

Una protesta social no tiene vencedores ni vencidos, no obstante, la pasada se vio desdibujada, por los oscuros intereses que están detrás y por otra generalizada razón: el Ecuador no quiere paros, quiere trabajar y reactivarse económicamente. Hay que señalarlo con firmeza, ocultos de un lado estaban: el fugitivo, los prontuariados, los simpatizantes del narcotráfico, los destructores de octubre; al otro lado estamos quienes no queremos otra vez una justicia manipulada, no más prensa amordazada, impunidad para el saqueo y los crímenes y miles de ciudadanos sacados injustamente de sus trabajos para colocar a obsecuentes esbirros.

No cabe un encuentro con quienes alientan la anarquía, atentando contra la institucionalidad democrática, no podemos permitir que un grupúsculo de descalificados pretendan volver a la nefasta década infame. La oposición en un acto demagógico, quiere mantener el subsidio a los combustibles, pero no le dice al presidente de donde obtener el dinero para pagarlo, quieren que sigamos el camino de Venezuela, combustibles baratos como agua envasada, pero supermercados vacíos, hospitales y farmacias sin medicinas, lo más triste, no hay trabajo, quienes laboran reciben paupérrimos sueldos de miseria, con los cuales es humanamente imposible subsistir.

La propuesta del ejecutivo es continuar con el diálogo, creemos que es lo viable, ver el lado legítimo y aceptable de las protestas, sin doblegarse ante las presiones, escuchando la voz mayoritaria rechazando el caos y la violencia y propugnando la paz, la libertad y la democracia. Nuestro presidente lamentablemente ha dado oídos sordos a otro inmenso clamor ciudadano: eliminar correístas de su gabinete, es un insulto a los millones de ecuatorianos capaces, honestos y sin antecedentes de colaboración con la mafia que gobernó, hay montones de funcionarios correístas de libre remoción que se han acomodado para seguir enquistados en esta administración.

Seamos coherentes presidente, la coherencia fortalece la unidad y da sentido a la causa que nos mueve, pues no sólo defendemos las acciones de un régimen, luchamos por mantener alejada la amenaza del narcosocialismo, del cual estamos lamentando sus sangrientas consecuencias.