Parkinson, ¿Qué estás haciendo con mi cuerpo?

Hace unos 10 días que te introduces dentro en mí e insistes en apoderarte de algunos de mis músculos. Hoy siento que mi cabeza se ha desprendido de mi cuerpo sé que está allí porque te veo pero no te siento, te percibo girando de un lado al otro, inmersa en agua y dejándote llevar, acompañada por un dolor como un pinchazo que no se detiene, estoy asustada y camino hacia el espejo para verme si estoy físicamente bien.

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Me tienes las piernas rígidas y mi cuerpo entero registra una disfunción especialmente en mis músculos. El espejo me muestra somnolienta pero sin ninguna anormalidad.
Cuando estás en posición “on” (presente) los dolores musculares se multiplican: dolor cerebral, piernas y tobillos dormidos, brazos y pies adoloridos, mi cuerpo me duele en su integridad, tanto interna como externamente.
Parkinson, ya me adapté a tus exigencias musculares y ahora tratas de controlar mis emociones. A la madrugada de cualquier día, despierto con gritos y viendo imágenes enormes y distorsionadas que tratan de absorberme. Estos y otros síntomas, van tomando cuerpo y mermando mi capacidad física y emocional.
Pero, ¿quién eres? El Parkinson es producto de un proceso neurodegenerativo multisistémico que afecta al sistema nervioso central lo que provoca la aparición de síntomas motores y no motores. Este trastorno degenerativo afecta zonas específicas del encéfalo y poco a poco sigue su avance.
Según el sitio web Mayo Clinic en la enfermedad de Parkinson, algunas células nerviosas (neuronas) del cerebro se descomponen o mueren progresivamente. Muchos de los síntomas obedecen a la pérdida de las neuronas que producen dopamina, un tipo de neurotransmisor del cerebro. Cuando los niveles de dopamina disminuyen, esto causa una actividad cerebral anormal, lo que conduce alterar el funcionamiento de la persona. A más de los dolores e imposibilidades del cuerpo los enfermos con Parkinson manifiestan estados de tristeza y desesperanza, ansiedad, pensamientos negativos, estrés postraumático y todo tipo de fobias.
Generalmente me tienes con permanente miedo sin que logre encontrar las causas, ni cómo tratarte, aparte me mandas tus dosis de depresión, estrés, ansiedad, trastornos sicóticos, tratados cognitivos,
Observando el comportamiento social podemos reconocer algunos síntomas
comunes como el temblor en reposo, la inestabilidad postural o la presencia de los movimientos involuntarios. Además, en la mayoría de los pacientes se instala un cansancio irresistible a partir del mediodía.

SICÓLOGO ES INDISPENSABLE
Los afectados de enfermedad de Parkinson buscan ayuda psicológica a menudo por la ansiedad experimentada en las relaciones sociales. Muchos sufren ansiedad ante la necesidad de recibir ayuda por parte de los demás, y otros experimentan sentimientos de inseguridad en las relaciones sociales.
El papel del psicólogo es muy relevante, ya que los pacientes suelen presentar síntomas concomitantes como el insomnio y pensamientos negativos, que mejoran notablemente con la intervención psicológica Las reacciones que me generas transforman mis estados de ánimo como ansiedad, depresión, inseguridad que llevan a la persona a buscar ayuda sicológica .Para la doctora psicóloga clínica, Beatriz Gómez Sarmiento, el tratamiento psicológico va dirigido ayudar a que el paciente acepte que tiene una enfermedad degenerativa y que para ello no hay cura .Un estado emocional saludable y positivo ayudará en gran medida a que la persona pueda mantener una calidad de vida digna, facilitará el manejo de nuevas estrategias, y servirá de gran ayuda a la hora de potenciar actividades físicas y sociales, manifiesta. Hace hincapié en el papel de la familia, en la aceptación al enfermo y adaptación a los cambios que experimenta, aumentar el auto concepto y la autoestima.
Las personas que presentan la enfermedad de Parkinson tienen concentraciones bajas de dopamina en el cerebro. Sin embargo, la dopamina no se puede administrar directamente, ya que no puede ingresar al cerebro.Un estado emocional saludable y positivo ayudará en gran medida a que la persona pueda mantener una calidad de vida digna, facilitara el manejo de nuevas estrategias, y servirá en gran ayuda a la hora de potenciar actividades físicas y sociales.
La enfermedad de Parkinson se manifiesta mediante síntomas motores y no motores y es una enfermedad crónica que no se cura y de la que sólo podemos tratar sus síntomas.
Después de comenzar el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, tus síntomas pueden mejorar considerablemente. Sin embargo, con el tiempo, los beneficios de los medicamentos con frecuencia disminuyen o se vuelven menos constantes. Generalmente, aun así puedes controlar tus síntomas bastante bien.Luego de comenzar el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, los síntomas pueden mejorar considerablemente. Sin embargo, con el tiempo, los beneficios de los medicamentos con frecuencia disminuyen o se vuelven menos constantes. Generalmente, aun así puedes controlar tus síntomas bastante bien.

Un estado emocional saludable y positivo ayudará en gran medida a que la persona pueda mantener una calidad de vida digna, facilitará el manejo de nuevas estrategias, y servirá en gran ayuda a la hora de potenciar actividades físicas y sociales.
El papel del psicólogo es muy relevante, ya que los pacientes suelen presentar síntomas concomitantes como insomnio, pensamientos negativos, anhedonia, etc., que mejoran notablemente con la intervención psicológica. En muchas ocasiones, la enfermedad de Parkinson va de la mano de otros trastornos, como la depresión, que hace imprescindible la intervención de un profesional adecuado.
La enfermedad de Parkinson se manifiesta mediante síntomas motores y no motores y es una enfermedad crónica que no se cura y de la que sólo podemos tratar sus síntomas.Algunas células nerviosas (neuronas) del cerebro se descomponen o mueren progresivamente. Muchos de los síntomas obedecen a una pérdida de las neuronas que producen dopamina, un tipo de neurotransmisor del cerebro.Se desconocen los motivos para que se produce la enfermedad. En análisis están los genes, absorción de productos ambientales fuertes, el sexo y más.

Las personas pueden sufrir:
Temblor: en reposo, manos, miembros o postural
Muscular: músculos rígidos, dificultad para caminar, dificultad para pararse, contracciones musculares rítmicas, dificultad para mover el cuerpo, marcha con arrastre lento de pies, movimiento corporal lento, movimientos involuntarios, problemas de coordinación o rigidez muscular
Sueño: somnolencia diurna, despertar temprano, pesadillas, sueño intranquilo o trastornos del sueño
Todo el cuerpo: fatiga, agitación, mareos o poco equilibrio
Cognitivos: amnesia, confusión en las horas de la tarde, demencia o dificultad para pensar y comprender
Habla: dificultad en el habla, espasmos de la laringe o habla suave
Nasales: pérdida del olfato o sentido distorsionado del olfato
Urinarios: escape de orina o goteo de orina
Estado de ánimo: ansiedad o apatía
Faciales: expresión facial reducida o rigidez de la mandíbula
También comunes: babeo, caída, depresión, dificultad para tragar, escribir con letra pequeña, estreñimiento, miedo a caer, mirada perdida, pérdida de peso, pérdida de sensibilidad al contraste, retorcimiento involuntario, temblor o tensión en el cuello.
Los pacientes actúan de forma interrelacionadas como es el caso de la memoria, y la atención (sentirse distraído, desorganizado, o tener la dificultad para planificar y llevar a cabo tareas.) dificultad en la concentración, presentan problemas a la hora de recordar información, y pueden presentar problemas a la hora de encontrar palabradas correctas al hablar.El pensamiento se lentifica considerablemente, y aunque suelen presentarse olvidos, la presencia de estos por si solo no es significativo. Existen hoy innumerables formas de prevenir el deterioro cognitivo, mediante ejercicios mentales, que ayudan a la persona aprender nuevas formas se asociaciones y de estrategias que les ayuden a recordar y a interiorizar nuevas formas de afrontamiento para un correcto funcionamiento mental.

Área emocional
Frecuentemente el estado emocional del enfermo puede verse afectado.
Es el resultado de muchos factores que se interrelacionan entre si, provocando una serie de comportamientos manifiestos y/o encubiertos que presenta la persona. Esta área está compuesta por muchos factores, que hacen que la persona tenga una serie de comportamientos y conductas que llevar a actuar de manera determinada.
Las personas con Parkinson tienden a manifestar estados se tristeza apatía, y desesperanza, en muchascasos se presentan estados depresivos, que provocan que la persona que lo padece actué muchas veces en contra de su bienestar vital.
Las personas con Parkinson tienden a manifestar estados se tristeza apatía, y desesperanza, en muchascasos se presentan estados depresivos, que provocan que la persona que lo padece actué muchas veces en contra de su bienestar vital.
Un estado emocional saludable y positivo ayudara en gran medida a que la persona pueda mantener una calidad de vida digna, facilitara el manejo de nuevas estrategias, y servirá en gran ayuda a la hora de potenciar actividades físicas y social.

La depresión:
En la enfermedad de Parkinson la depresión es uno de los trastornos emocionales más frecuentes. Se estima que alrededor del 30-50% de los afectados de enfermedad de Parkinson desarrollarán síntomas depresivos en algún momento a lo largo del curso de la enfermedad.
Se debe, por un lado, a las alteraciones en los circuitos que dependen la serotonina y la noradrenalina, implicadas en la regulación de nuestro estado de ánimo y de nuestra ansiedad, afectados por la propia enfermedad. Por otra parte, los problemas emocionales también pueden precipitarse por factores psicosociales, tales como la valoración que hace el afectado de su estado y de los recursos personales de los que dispone para afrontar su propia situación.

El Estrés:
Se producen cambios en la vida de la persona que sufre la enfermedad, y en la de sus familiares. Muchos de estos cambios requieren que la persona que los padece movilice sus recursos personales para afrontar la situación.
Estos cambios conllevan estrés. En ocasiones, dicha situación estresante es demasiado intensa o su duración es demasiado prolongada en el tiempo, interfiriendo en la vida social, familiar, laboral y emocional de la persona y se traduce en el deterioro de la salud y el empeoramiento de la calidad de vida.

La ansiedad:
Aproximadamente, uno de cada tres afectados de enfermedad de Parkinson sufre problemas de ansiedad, que pueden ir desde la inquietud hasta las crisis de angustia. En algunos afectados de enfermedad de Parkinson, el inicio de los síntomas motores, como la congelación de la marcha, pueden generar crisis de angustia. En otros, pueden experimentarse episodios similares a los ataques de pánico en fases off de la enfermedad.

Trastornos psicóticos:
Por otro lado, debido a la propia medicación antiparkinsoniana, pueden aparecer trastornos psicóticos (delirios y alucinaciones), problemas en el sueño (sueños muy reales y problemas para concebirlo y mantenerlo) y trastornos de control de impulsos (ludopatía, hiper o hiposexualidad).

Trastornos cognitivos:
También pueden aparecer trastornos cognitivos, no relacionados con la enfermedad directamente, pero sí con probabilidad de aparecer, ya que la Dopamina (neurotransmisor afectado en la enfermedad) contribuye a la aparición de dichos déficits. Los que más factiblemente pueden aparecer son los siguientes:

• enlentecimiento del procesamiento de la información,
• déficit de atención,
• alteración de las funciones ejecutivas,
• déficit visual y espacial,
• alteraciones de la memoria.

El papel del psicólogo
El papel del psicólogo es muy relevante, ya que los pacientes suelen presentar síntomas concomitantes como insomnio, pensamientos negativos, anhedonia, etc., que mejoran notablemente con la intervención psicológica. En muchas ocasiones, la enfermedad de Parkinson va de la mano de otros trastornos, como la depresión, que hace imprescindible la intervención de un profesional adecuado.

. La enfermedad de Parkinson se manifiesta mediante síntomas motores y no motores y es una enfermedad crónica que no se cura y de la que sólo podemos tratar sus síntomas.
. La enfermedad de Parkinson se manifiesta mediante síntomas motores y no motores y es una enfermedad crónica que no se cura y de la que sólo podemos tratar sus síntomas.

Juana López Sarmiento