Nuevas responsabilidades del sector productivo

Clara proclama de la Cámara de Comercio de Quito..

Para indagar sobre el origen del comercio, tendríamos que trasladarnos al neolítico para imaginar al primer cazador que trató de hacer el primer trueque de pieles por alimentos. Desde ese primer trueque, el comercio se ha hecho más necesario, más intenso y complejo, hasta llegar al febril intercambio mundial de nuestros días con cerca de 30 billones de dólares anuales en comercio y más de una tonelada y media de bienes y servicios por habitante del planeta.
En el trayecto desde el tímido trueque inicial hasta los gigantescos buques de carga, el comercio ha dado origen al sedentarismo, la moneda, la cultura, el desarrollo del transporte, los sistemas económicos, la globalización y el E-commerce. En su largo camino, el desarrollo del comercio ha propendido al mejoramiento de la calidad de vida de las sociedades humanas. El intercambio ha transformado el mundo de la cultura, el arte, el deporte y ha dinamizado todas las actividades humanas: la industria, la artesanía, el turismo entre otros.

El origen de los gremios de comerciantes se suele situar en la edad media cuando estos se reunían en caravanas para protegerse de los asaltos en los viajes. Los germanos los llamaban Hansas y los latinos: fraternitas, pero siempre fueron lo que son ahora: la unión de personas con parecidos intereses y modos de vivir que se juntaban para intercambiar puntos de vista y para designar representantes que pudieran influir en las ciudades y más tarde en los países.

LA UNIÓN EMPUJA HACIA EL PROGRESO
Todas las organizaciones sociales no deben limitarse a ayudar a sus socios; tienen que poner en marcha proyectos de ayudar a los jóvenes, a las comunidades indígenas, a los comerciantes que empiezan sus proyectos; y ser mediadores de resolución de conflictos antes que fuentes de colisión de intereses.
Junto a otros gremios de la producción deben trabajar en la recuperación del IESS, fijando cuatro metas fundamentales: Primero, determinar la deuda del Estado y establecer formas de pago. Segundo, Establecer el déficit actuarial para buscar sus soluciones. Tercero. Reestructurar la gobernanza de la institución para asegurar los servicios de salud y la atención a pacientes, afiliados y jubilados y cuarto, Combatir la corrupción.
Ecuador tiene que plantearse con seriedad la idea de un acuerdo nacional, en el que se establezca un territorio común en el cual sea posible dialogar para diseñar un modelo de país aceptable para todos. El país ha llegado al punto de tener que preguntar a sus ciudadanos: ¿podemos vivir juntos? Si continuamos reclamando y destacando lo que nos separa, la respuesta es NO. Pero si los ciudadanos ponen por delante lo que nos une sin exclusión de ninguna especie podrá encontrar a su pueblo empujando junto hacia el progreso.

No lograr dibujar sueños colectivos, no poder creer en ellos, es consecuencia de un profundo resentimiento que debe ser curado hasta su mitigación. A todos, sin distingo de raza, credo, sexo, etnia y religión corresponde esta tarea, ya no se puede seguir en la expectativa de que la política solucione todos los problemas.

ESPERANZA DEL FUTURO
Ningún sector es más futurista y esperanzador como la educación; por eso hay que diseñar programas de capacitación, sin costo, para personas de cualquier nivel educativo aprovechando las posibilidades que ofrece la educación en línea.
Cualquier futuro se ensombrece cuando falta seguridad. Por eso, el ayudar a la policía a combatir a las bandas criminales que amenazan a la comunidad ecuatoriana es tarea prioritaria. Ha arrancado un proceso para conformar en la ciudad de Quito una fuerza de vigilancia de 150.000 personas para que la fuerza pública sienta el apoyo de la comunidad y los delincuentes sepan que no pueden amedrentar a una sociedad unida.
La tarea que corresponde a cada uno de los ecuatorianos para estar a la altura de los tiempos es difícil y puede parecer desalentadora. Mientras tratamos de sobrevivir hay que ayudar a resolver los problemas de la civilización, la cultura, la política, y encontrar respuestas para dificultades nuevas en cada actividad.

MERCADO COMPETITIVO
El modelo de mercado competitivo y equilibrado supone la existencia de un orden estable, mientras que la realidad es cambiante; el orden que imponían las instituciones ha desaparecido y ha sido reemplazado por gigantescas organizaciones financieras, técnicas y mediáticas. Las organizaciones privadas no pueden replicar la falta de objetivos nacionales, la unidad de todos para marchar en la misma dirección planteando una agenda de consenso, es el objetivo.

LUCHA CONTRALA CORRUPCIÓN

La agenda fundamental de luchar contra la corrupción en todos los ámbitos, públicos o privados proclamando la libertad de emprendimiento, pero con transparencia, es también urgente. Al sector público hay que reclamarle que respete el derecho de los ciudadanos a acceder a la información para que brille la transparencia en todos los contratos. Hay que simplificar los procedimientos burocráticos y el servicio a los ciudadanos, pero en contrapartida se deberá exigir sanción para los burócratas que siguen aplicando el esquema de sembrar dificultades para vender facilidades.
Superada la pandemia que paralizó las actividades individuales y colectivas exigió de la empresa creatividad, resiliencia y solidaridad para salir adelante. El comercio descubrió la entrega a domicilio, la empresa tuvo que organizar transporte, medidas sanitarias, programar turnos, para seguir produciendo.
Después de la pandemia, el empresariado privado debe comprender que no solo la industria y el comercio existen en una sociedad; un empresario es una persona humana completa, que debe ocuparse también del arte, la cultura, la educación el deporte.

LAS AMENAZAS
La inestabilidad y la ingobernabilidad son ahora amenazas para nuestra sociedad y para la empresa; el desafío crucial de nuestra época es recuperar los valores fundamentales de nuestra civilización: creatividad, justicia y solidaridad. Juntos seremos capaces de ver el futuro no como un laberinto sin salida sino como la posibilidad de construir un mejor Ecuador.

NUEVOS LIDERAZGOS
No podemos permanecer como testigos de la crisis y la desesperanza; es hora de que las organizaciones de la sociedad civil y sus líderes tomen el liderazgo que no han querido asumir los políticos y propongan diálogos eficaces que conduzcan a un acuerdo para construir un país para todos, capaz de superar la pobreza y la desigualdad. A todas hay que invitar a participar en una cruzada para diseñar el futuro de nuestro país.

Carlos Loaiza, CCQ