Limitar la reelección, eliminar el Consejo de Participación y echar abajo las enmiendas de PAIS son el motor.
Pese a la cautela de cierto sector del oficialismo, la propuesta de realizar una consulta popular cada vez gana más aliados, que desde la izquierda y la derecha coinciden en algunos contenidos que podrían definir las preguntas de esta propuesta, de la que ya ha hablado públicamente el presidente, Lenín Moreno.
El tema central, al parecer, es la prohibición de la reelección indefinida, que además de tener una noción de republicanismo y alternancia en el poder, tiene que ver con una específica coyuntura política: evitar el retorno de Rafael Correa al poder.
Desde la izquierda y los movimientos sociales, los contenidos no se reducen solo a lo político institucional. “Uno de los temas es que la consulta previa, libre e informada sea vinculante para el Estado, que respete las decisiones de las nacionalidades y pueblos sobre los recursos naturales”, señala Jorge Herrera, presidente de la Conaie.
Por supuesto que, para él, lo institucional es importante. En ese sentido, ve la necesidad imperante de eliminar el Consejo de Participación Ciudadana, que, entre otras cosas, designa a autoridades de control.
También planeta la eliminación de las enmiendas que Alianza PAIS aprobó en diciembre de 2015, sin consultar al pueblo y con las cuales implantaron, por ejemplo, la reelección indefinida, el rol de las Fuerzas Armadas en la seguridad interna y la prohibición a la Contraloría de realizar auditorías de gestión. “Un Ecuador con alternabilidad no es un interés solo de la Conaie, sino de la ciudadanía”, señala.
Todo un conglomerado
En eso coincide una voz en las antípodas ideológicas del Presidente de la Conaie. “La consulta es una salida urgente. Con los últimos casos de corrupción, hemos comprobado el secuestro institucional de las autoridades de control”, dice la asambleísta socialcristiana Cristina Reyes.
Para ella es crucial proponer un nuevo mecanismo para la elección de autoridades. “Uno que nos garantice la independencia y la no militancia política”, señala y agrega: “También estoy de acuerdo con que se eliminen las enmiendas constitucionales que fueron pasadas a espaldas de los ciudadanos, en las que, entre otras cosas, se introdujo la reelección indefinida o la comunicación como servicio público”.
El oficialista Byron Valle respondió: “Si ustedes quieren cambiar la estructura del Estado, vamos a la Constituyente, no con resoluciones truchas”.
¿Asamblea Constituyente?
El analista Santiago Basabe reconoce que la propuesta recoge, fundamentalmente, demandas de la oposición. “Sin embargo, la discusión sobre la viabilidad o no de la reelección presidencial es un debate actual en la academia. Hay posiciones contrapuestas, pero la idea de limitar la reelección a solo una es una idea medianamente aceptable”, piensa.
Basabe también ve que la consulta tendría el objetivo de generar un espacio de afinidades y, quizá, apoyos a la administración Moreno, “para poder gobernar y consolidar las bases de su Gobierno”.
Él considera al Consejo de Participación Ciudadana como una “aberración jurídica y política”. Y cree que la Constitución tiene “tantas deficiencias que lo óptimo sería convocar a una Asamblea Constituyente”, mas no lo posible ni viable. “Dado que lo óptimo no es posible, lo factible es al menos una consulta”, asevera. (MMD)