La disconformidad de los jovenes con su cuerpo

María Pilar Berzosa Grande– profesora del Grado en Psicología, psicóloga clínica e investigadora del grupo PSICOONLINE de UNIR

En las últimas décadas, se ha observado un preocupante incremento en la disconformidad corporal entre los menores de edad, afectando tanto a niños como a preadolescentes y adolescentes. Este fenómeno, cada vez más común, presenta serias implicaciones para la salud mental y física de las nuevas generaciones.

La disconformidad corporal en menores puede atribuirse a diversos factores, entre ellos la influencia de la sociedad. Los jóvenes están constantemente expuestos a imágenes de cuerpos «perfectos» en los medios de comunicación y las redes sociales, lo que puede generar una comparación negativa con su propio cuerpo. Además, la presión social ejercida por grupos de amigos y pares para que se ajusten a ciertos estándares de belleza puede conducir a la disconformidad con su apariencia física. Los factores familiares también juegan un papel importante, ya que la relación con los padres y la dinámica familiar pueden influir en la autoestima y la percepción corporal de los hijos. Por último, los problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad o los trastornos alimentarios, pueden manifestarse a través de la disconformidad corporal en los menores.

En un estudio realizado por La Rebelión del Cuerpo reportó que el 84% de mujeres les gustaría tener otra silueta. Las mujeres e incluso las niñas están expuestas a contenido estético y cambios físicos. Propensas a la publicidad sobre operaciones estéticas y un estereotipo irreal. Haciéndolas más proclives a caer en una disconformidad con sus cuerpos e incluso una dismorfia corporal.

CRISIS Y REDES SOCIALES

El aumento de este problema está estrechamente relacionado con el uso indiscriminado de las redes sociales. Las plataformas digitales exponen a los jóvenes a imágenes y mensajes que promueven una imagen corporal poco realista y fomentan la comparación constante, lo que puede tener efectos negativos en la autoimagen y bienestar emocional, ya que intentan seguir modelos irreales. Afectando principalmente a los niños que se encuentran en un proceso de crecimiento donde están en un cambio corporal. Es importante destacar que el estar expuesto desde temprana edad a la tecnología tiene efectos bastante negativos ya que pueden desarrollar una adicción.

Esto afecta directamente a la salud mental ya que los menores desarrollan una obsesión con alguna parte de su cuerpo en búsqueda de la perfección. Además, puede afectar primero en aumento de adicciones por querer someterse a cirugías y a cambios estéticos a temprana edad. Al tener una visión distorsionada sobre sí mismo le afecta a la autoestima creando una vulnerabilidad entre los adolescentes, afectando su toma de decisiones.

En este sentido, es fundamental que los padres estén atentos a las señales de alarma que puedan indicar que sus hijos están experimentando como: cambios en la actitud, verbalizaciones excesivas sobre aspectos físicos, incremento del tiempo en el espejo, no querer salir a la calle, se insulte y un aumento en el tiempo dedicado a las redes sociales. Es importante estar pendiente de estos indicadores y estar vigilantes del contenido que consumen dentro de las redes sociales.

Para abordar este problema, es crucial que los padres promuevan una imagen corporal positiva en sus hijos. Esto implica fomentar hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio, y evitar hacer alusiones negativas sobre el propio cuerpo delante de los niños.

Además, es importante regular el acceso de los jóvenes a las redes sociales y orientarlos hacia influencias y figuras públicas que promuevan mensajes positivos y constructivos. Es importante destacar otros atributos como inteligencia, responsabilidad, empatía y amistad. Se recomienda seguir a personas que inspiren a través de sus logros y valores, en lugar de centrarse únicamente en la apariencia física.

En última instancia, se hace un llamado a la conciencia colectiva sobre la importancia de proteger la salud mental y emocional de los niños y adolescentes. Es necesario promover una cultura que valore la diversidad de cuerpos y que fomente la aceptación de uno mismo basada en la salud y el bienestar, en lugar de en estándares estéticos poco realistas.

En este sentido, es imprescindible la colaboración de padres, educadores, profesionales de la salud y la sociedad en general para abordar este problema de manera integral y garantizar un desarrollo saludable y positivo para las generaciones futuras.

Como padres es importante guiarles en un uso correcto de las redes sociales. Además, se debe promover la imagen corporal y esto empieza por el ejemplo que se da dentro del hogar, inculcando verbalizaciones positivas, alimentación sana, buen dormir y el deporte. Por lo cual hemos realizado el Congreso Internacional de Prevención de Salud Mental e Infantil Juvenil en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) donde después de tres días de trabajo entre más de  25 ponentes y 150 congresista, las principales conclusiones son: que se debe promover la colaboración público-privada y el trabajo en red de  las entidades que trabajan con la infancia y la adolescencia, aumentar el presupuesto en salud mental infanto-juvenil, promover el desarrollo de una figura profesional del psicoterapeuta, implementar programas de desarrollo de competencia emocional, visibilizar el papel central de la familia en la salud mental infanto-juvenil y promover una verdadera humanización de la salud mental, desarrollando iniciativas políticas y legales que cuiden a los cuidadores.

La sociedad de la imagen ha hecho mucho daño a los menores que están siendo manipulados para alcanzar un ideal estético irreal. Como adultos es nuestra responsabilidad educar a los menores sobre la realidad que hay detrás de estas imágenes y aumentar el amor propio en nuestros niños.