Inteligencia Artificial

Fernando Larrea Estrada | RS 63


Pertenezco a una generación de la segunda mitad del siglo XX, que creció y estudió con el convencimiento de que nos servíamos de nuestras facultades intelectuales, que además de ser un don natural se lo cultivaba mediante el estudio y la lectura, lo que desarrollaba nuestras facultades cognitivas y nuestra capacidad de percibir el mundo y sus fenómenos. Sin embargo, en la actualidad ante la evolución de la ciencia y la tecnología, es importante saber que es, de dónde vino y cuál es su impacto en la sociedad moderna, entre otros temas que surgen junto con el progreso de la humanidad.

(( Escuchar el artículo ))

Según definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua, a la inteligencia se la define como aquella actividad eminentemente humana: “Capacidad de entender o comprender. Capacidad de resolver problemas. Conocimiento, comprensión, acto de entender…Sustancia puramente espiritual.” En tanto que a la Inteligencia Artificial la define como: “Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico.”

Las diferencias en sus definiciones establecen las distancias suficientes para evitar confusiones, mientras que la inteligencia es una actividad eminentemente humana por su carácter espiritual para dar solución a problemas entre ellos la accesibilidad al conocimiento, de donde precisamente nace la Inteligencia Artificial IA como instrumento informático para agilizar y optimizar el aprendizaje humano.

En tanto que, la Inteligencia Artificial, es la capacidad que tienen los ordenadores de realizar tareas similares a las de la inteligencia humana, cuyo funcionamiento se basa en el aprendizaje automático denominado “Machine Learning” el cual es un conjunto de técnicas mediante la aplicación de algoritmos, que articula bases de datos de la red para producir trabajos matemáticos, textos de investigación, literatura, poemas, ficción, contabilidad, y todo cuanto sea programable, como el Chat GPT que se aplica para obtener respuesta rápidas y útiles encaminadas en mejorar cualitativamente y cuantitativamente los procesos de conocimiento o de aprendizaje.

Uno de los primeros conceptos de Inteligencia Artificial – IA aparece en 1943 en la publicación del artículo “A Logical Calculus of Ideas Immanent in Nervous Activity” de Warren McCullough y Walter Pitts, en el cual, estos científicos presentaron el primer modelo matemático algorítmico para la creación de una red neuronal. Los algoritmos utilizados en IA son una secuencia definida, organizada, clasificada y numerada de pasos y procedimientos para realizar una operación determinada, solucionar un problema, llevar a cabo una actividad productiva, entre otros, para lo cual es indispensable trabajar en orden y con disciplina para llegar al objetivo.

Otro de los iniciadores de la IA es Isaac Asimov (1920 – 1992) científico y escritor de diferentes géneros literarios, pero destaca en ciencia ficción, publica el libro “Yo Robot” en 1950, establece las tres leyes de la robótica y la ley cero:



Primera Ley: Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.

Segunda Ley: Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.

Tercera Ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.”

“Ley Cero”: Un robot no puede dañar a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daños.”

En conclusión, la IA es un instrumento de última generación tecnológica en teoría del conocimiento creada por la especie humana para mejorar y optimizar sus procesos de aprendizaje y comprensión de todo tipo de fenómeno científico, social, cultural deportivo.

No debería ser considerado como en elemento tecnológico extraño a la ciencia y ajeno a la realidad contemporánea, ya que se encuentra cumpliendo su rol social y educativo, lo que progresivamente influirá en diferentes procesos productivos, que al igual que predecesores avances tecnológicos, eliminarán el uso de mano de obra, así lo demuestra la historia, afectando al trabajo humano.

Teoría del conocimiento
Según el filósofo alemán Johannes Hessen (1889 – 1971), en su obra “Teoría del conocimiento” establece que: “La teoría del conocimiento trata de estudiar la significación objetiva del pensamiento humano, la referencia de éste a sus objetivos. La referencia de todo pensamiento a los objetivos es el objeto formal de la teoría del conocimiento. Por eso la caracterizamos también como teoría del pensamiento verdadero.”

En el marco de la Teoría del Conocimiento la IA vendría a ser un componente de última generación que sirve para que pensadores, filósofos y tratadistas utilicen este mecanismo como tecnología de sus investigaciones, que podría ser canalizada para estudios en orientaciones filosóficas de diferente enfoque como el dogmatismo, escepticismo, subjetivismo, relativismo, pragmatismo y criticismo, entre otras posibilidades.

También la IA puede correlacionar elementos de diferentes fuentes del conocimiento científico y filosófico como el racionalismo, empirismo, intelectualismo, apriorismo, materialismo histórico, dialéctica y otros.

Es decir que el IA no es una corriente científica de conocimiento, sino que se concibió como un avanzado componente para la investigación científica.

En este contexto, al analizar el impacto de la IA dentro de la sociedad contemporánea, conlleva un giro del trabajo intelectual, pensamiento y accionar laboral de los seres humanos, esto, por la interacción con ordenadores y máquinas dotados de avances tecnológicos, que permiten desarrollos que transformarán los sistemas productivos provocando una nueva revolución industrial y productiva.

Desarrollo de la ciencia y tecnología
La ciencia y tecnología han sido los elementos que a través de la historia nos demuestran que son los actores directos en modificar los formatos sociales, dan nuevas formas a la sociedad, tienen la capacidad de modelarla, de cambiarla y casi siempre con la finalidad de mejorar la calidad de vida de la comunidad.

La adopción generalizada de IA es un ejemplo de ello, ya que se encuentra modificando la manera de investigar y de estudiar, obliga a complementar la Teoría del Conocimiento y concede nuevas caracterizaciones al Método de Investigación Científica. Se evidencia que la IA, con el avance de la tecnológico, ha permitido que los seres humanos se desarrollen, y que la tecnología con su participación cotidiana tomará trascendencia e importancia cada vez mayor, dejando claro que las máquinas creadas por la especie humana no podrán sustituir o terminar con los seres humanos, pero si alcanzarán a desplazar personas de posiciones laborales especialmente en los casos en los que no se ejecuten labores conjuntas o con la utilización de tecnología de la innovación.

La tecnología es aquel elemento que ha modelado a la sociedad mejorando la calidad de vida de la población, representa el avance continuo en aspectos de la cotidianidad del hogar, los mecanismos de alta tecnología de la información y comunicación, los adelantos de la medicina, tecnología agropecuaria, de la mecánica y de muchos elementos utilitarios con los que convivimos y que pasan inadvertidos. La ciencia y la tecnología se incuban y nacen de las universidades, de aquellas grandes instituciones que definitivamente han incidido en la formación de los seres humanos capacitándolos para emprender en el cambio y progreso.

Mala aplicación de la IA
No se puede dejar de lado, el peligro que aparece en conjunto con el desarrollo de la IA y la tecnología, ya que, de ahí, podría darse el aparecimiento de nuevos delitos informáticos y digitales, considerando que el campo de acción de estos no se ve limitado ni regulado, y por su característica sobrepasa fronteras, por lo que resulta imperante que exista una legislación supranacional de control, para lo cual es necesario una concientización moral y ética del uso de las mismas, especialmente en las jóvenes generaciones.

Actualmente, se podría decir que el avance de la tecnología y el aparecimiento de la IA, han coadyuvado al desarrollo de ciertas actividades realizadas por el ser humano, ésta podría transformarse en una amenaza latente si no se las utiliza correctamente y se establece un control internacional que realice una supervisión del uso indebido con fines de realizar actividades fraudulentas con la sociedad global.

Complementariamente se deberá legislar localmente para que la norma nacional se acople y complemente con el control global del fraude instrumentado con la utilización de la IA. Al igual que toda creación humana, inspirada en el bienestar de la sociedad, este instrumento tecnológico podría ser utilizado para el mal, para ilícitos, en contra de la comunidad. Por ello la protección tecnológica y normativa deben estar presentes en todo proceso, en salvaguarda de los usuarios y de la comunidad.

Además, la IA ha generado nuevas modalidades de producción y distribución de obras y trabajos, lo que podría propiciar un aumento en la piratería y la infracción de los derechos de autor, así como la producción en base al plagio y a la usurpación de autoría de trabajos ajenos.

Derechos de autor
Para hacer frente a los desafíos que se presentan con la IA en la propiedad intelectual, es necesario considerar la aplicación de las leyes de derechos de autor existentes y la necesidad de actualizarlas con la finalidad de que aborden los retos que plantea la IA, también para que se evite el plagio y la utilización de fragmentos de trabajos sin citar la fuente y sin reconocer la autoría original.

Un trabajo que utilice IA debe manifestar en sus citas o notas explicativas o aclaratorias que se utiliza este tipo de tecnología de investigación, citar las fuentes originarias y evitar cualquier tipo de ocultamiento de la autoría real o la simulación o apropiamiento de una tesis. La profunidad de la IA abre la posibilidad de que los titulares de derechos puedan emplear tecnologías de IA para proteger sus derechos de autor y vigilar la infracción de los mismos. Además, se deben considerar nuevos modelos de negocio para abordar los cambios en la forma en que se generan y distribuyen obras creativas.

En última instancia, el impacto de la IA en los derechos de autor dependerá de cómo se afronten estos retos y de cómo se adapten las leyes y prácticas existentes para garantizar una adecuada protección de la propiedad intelectual en un mundo cada vez más impulsado por la tecnología.

Conclusiones
La aplicación de la IA debe ser acogida por la comunidad estudiantil, de investigadores y de estudiosos, sin el recelo y resistencias que las ahora denominadas antiguas incorporaciones tecnológicas, como regla de calculo por la calculadora, los cálculos sobre la base de logaritmos, el uso del diccionario físico, libros digitales, en los que dedico un cuento denominado “Eutanasia” que trata sobre el cambio de la época del libro físico por el electrónico, y muchos adelantos tecnológicos que en un inicio tuvieron resistencias y que ahora son aceptados por la generalidad de la población.

No pongamos resistencia a la tecnología, ésta facilita nuestra vida diaria y nuestro trabajo, a pesar de que genera desempleo, ya que la mano de obra y los trabajadores intelectuales de algunas artes y oficios son reemplazados, y según cálculos de los especialistas avizoran que la revolución del IA desplazara al menos cincuenta millones de trabajadores en los próximos veinte años, a los que por esencia del funcionamiento del mercado, que no puede quedarse sin consumidores es decir sin demanda, deberán ser ubicados en un escenario productivo alternativo.