Desempleo orilla al trabajo informal

TRABAJO. Ángel Preciado Zambrano, de 41 años, palea todos los días para conseguir 15 dólares, dinero que es retribuido por conductores que reconocen su labor.
TRABAJO. Ángel Preciado Zambrano, de 41 años, palea todos los días para conseguir 15 dólares, dinero que es retribuido por conductores que reconocen su labor.

Hasta abril de 2021, la tasa de desempleo a nivel nacional se ubicó en 5,6%, lo que derivó a 464 mil 217 personas a generar otra forma de ingresos desde la informalidad.

En Esmeraldas la falta de empleo se refleja tan solo con recorrer sus calles, visibilizar sus parques o subirse a un medio de transporte. La informalidad se ha convertido en el plan de escape para miles de familias que perdieron su trabajo en la pandemia y que, continúan sin él hasta el día de hoy.

De marzo a abril del presente año, más de 19 mil personas se sumaron al desempleo a nivel nacional, y para el mismo mes, el 48,4% de personas con empleo se encontraban en el sector informal de la economía, así lo registra la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo, Enemdu, del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC.

Informalidad

Para los esmeraldeños esta estadística no representa en mínimo la situación local, puesto que día a día deben aliarse con la informalidad para llevar el sustento a sus hogares. De esta realidad, es parte Eduardo Castro Mosquera, de 78 años, un adulto mayor que ante la falta de ingresos hoy recorre gran parte del sur de la urbe, ofreciendo fundas y papel higiénico.

Acompañado de su andador, antes era vendedor de ‘Bonice’, una marca de barras heladas de sabores que de acuerdo con él suspendió sus actividades en la ciudad y le permitía ganar al menos 20 dólares. “Por cuatro años vendí esos bolos, hoy con lo que ofrezco a veces sumo entre seis o siete dólares”, revela Don Eduardo, cuya jornada inicia a la 07:00 y termina a las 15:00.

Recorriendo la ciudad

En el centro de la ciudad de Esmeraldas el panorama se repite, Jorge y Luis, dos jóvenes sin un trabajo formal, recorren las calles para vender legumbres y frutas. A voz de ofertas y bajos precios intentan seducir al cliente, pero aseguran que la economía misma de los compradores no les permite llevar todo lo que hay en sus carretillas.

Entre 15 o 20 dólares, todo depende del día, son las ganancias que pueden alcanzar estos jóvenes padres de familia, que recorren desde tempranas horas en la mañana hasta caída la tarde el Mercado Central y toda la zona céntrica de la ciudad.

Víctor, un obrero quien no desea compartir más allá de su nombre, debe lidiar con la angustia diaria de no percibir ingresos. Rodea siempre el Parque Infantil ‘Roberto Luis Cervantes’, e implora porque alguien llegue a contratarlo, como se lo hace ocasionalmente.

Aquella escueta labor, le permitiría al menos llevar la comida diaria a su hogar. “Aquí no hay trabajo, uno sabe de plomería, gasfitería, hasta aprendí electricidad porque hay que saber de todo para buscárselas”, aseguró.

Medidas

Los comerciantes informales concuerdan en la necesidad de crear fuentes de empleo que puedan retirarlos de las calles. Ven una salida a la obra de rehabilitación del Palacio Municipal y del Parque Central “20 de Marzo”. No obstante, están conscientes de que no todos podrán ingresar.

Más de mil obreros se inscribieron en la página de Socio Empleo para optar un cupo en la remodelación. Sin embargo, contrasta con la posible contratación de tan solo 200 de ellos.

Inversión, menos impuestos, recorte a trámites engorrosos para el arriendo de un local y el refuerzo de la seguridad, son medidas impulsadas por los mismos ciudadanos, quienes, al tratar de emprender, chocan con estos obstáculos que los orillan a la informalidad. (JGS)

Palear para comer

Ángel Preciado Zambrano, de 41 años, fue un excontrolador de bus hace no muchos meses, cuenta que la pandemia y los bajos ingresos generados por el transporte, obligó a muchos de los conductores a manejar sus unidades solos y no depender del cobrador, quitando con ello la plaza de empleo, que antes él y muchos de sus otros compañeros ejercían.

Ahora, intenta literalmente paliar el pan de cada día, con un balde y una pala, rellena una zona de la vía que se mantiene sin pavimentar en el ingreso hacia el sector de La Tolita. Alrededor de unos 50 baldes con tierra, coloca sobre el hundimiento a expensas de ser retribuido por los conductores.

Ángel, vive en Codesa, es padre de una niña de 5 años, no tiene otros ingresos y lidia con la incertidumbre de que el trabajo informal que hoy desempeña termine. “No todos los conductores colaboran, lo entiendo, para todos la situación está mal, y mal porque las autoridades no hacen nada para cambiarlo”, reclamó.

Del 1 de enero al 20 de agosto de 2020, se firmaron 507 mil 976 actas de finiquito, de ellas, 41 mil 089, fueron por despidos intempestivos. (Ministerio del Trabajo)
En abril 2021, la tasa de desempleo alcanzó el 5,6% a nivel nacional. Las mujeres fueron mayormente afectadas, alcanzando el 6,8%, mientras que un 4,7% para los hombres.