El humor constante de Borges

Manuel Castro M

Borges precisamente no era un personaje gracioso, vulgarmente ocurrido. Se encuentra lejos del juego de palabras ingeniosas, comicidades. Pero en la vida y en sus avatares de pronto le surgía el humor, no precisamente en todas sus obras. Sobre todo, descubría el humor, el literariamente auténtico, así sea falso, en otros personajes, generalmente escritores algunos famosos otros olvidados. Como él decía, cuando le preguntaban si le alegraba el éxito: “En cuanto a la simpatía que me tiene   gente, especialmente la que no me ha leído, es que me ve como una especie de Gardel, también cuenta lo que he dicho algunas veces: un viejo poeta ciego despierta simpatías. A los sordos no les ocurre lo mismo.”  Cuenta que le llamaban a menudo por teléfono para amenazarle de muerte, y que él les contestaba: “Yo vivo en tal parte, hay una chapa que dice Borges; usted no se puede equivocar”. Y remata: “Nada hay que más favorezca a un escritor o a un artista que una muerte violenta; Lugones, Gardel, García Lorca son una prueba de lo que digo.” Un caricaturista quiteño, Roque, definió con ingenio el trasfondo del humorismo: “Es llorar al revés”. Borges es irreverente, rebelde, audaz y triste ante la vida. Como escribía Andrés Malraux, citando la frase de un confesor: “Los hombres son más infelices de lo que parecen”, que la completa con humor Camus: “Pero más simpáticos”.

Cuenta Borges que cuando dictaba clase en la Facultad de Filosofía de Buenos Aires, un alumno le interrumpió:

  • Profesor, tiene que suspender la clase
  • ¿Por qué? -preguntó Borges.
  • Porque una asamblea estudiantil ha decidido que no se dicten más clases hoy para rendir homenaje a Fulano de Tal.
  • Ríndale homenaje después de clase -agregó Borges.
  • No. Tiene que ser ahora y usted se va.
  • Yo no me voy, Venga a sacarme del escritorio.
  • Vamos a cortar la luz -prosiguió el otro.
  • Yo he tomado la precaución de ser ciego. Corte la luz nomás.

Borges se quedó, habló a oscuras, fue el único profesor que dictó la clase hasta el final y sus alumnos, impresionados, no se movieron del aula.

Según cuenta María Esther Vásquez, cuando le preguntaban a Borges si querría de muerto ir al cielo contestaba: Si el cielo es como lo pinta el Greco, lleno de obispos, arzobispos, de mitras, se parecería al concepto que yo tengo del infierno. La idea de un cielo eclesiástico me parece espantosa…El Greco estaba seguro que no había otra vida; entonces “para estar bien con el comisario”, como diría Macedonio Fernández, pintaba todos esos obispos.”

EL HUMOR AJENO QUE IMPRESIONABA A BORGES

Sin descuidar el fondo, por el ingenio le impresionaban las frases de Bernard Shaw. Decía “A veces parece que solo he leído a Shaw”. Cuando a éste le contaba la gente mucho que había sufrido, comentaba: “Ser maltratado no es un mérito.” Borges analizaba la frase: Es ingeniosa porque mucha gente se jacta por las desdichas que ha sufrido. Shaw comentaba sobre un libro extenso y documentado que se había escrito sobre él: “El doctor Fulano lo sabe todo, pero es lo único que sabe…” Es decir, sabe muchas cosas, pero no lo sabe de un modo especialmente interesante. Borges repite  con evidente fruición una frase de Shaw : “El que sabe, obra; el que no sabe, enseña.”

Es duro y burlón con una frase ingeniosa y repetida de Schopenhauer: “Las mujeres son animales de pelo largo e ideas cortas.” Comenta Borges: Como frase es una miseria. No basta raparse para ser inteligente y si se raparan las mujeres quien sabe sino serían más encantadoras. Le disgusta la frase de Shaw: “La compasión degrada tanto al compadecido como al compasivo”. La considera totalmente falsa. A él (a Shaw) no le gustaba que le tuvieran lástima y era incapaz de sentirla por otros. Una persona inteligente y fría. Y concluye Borges: “Qué extraño. Yo soy asquerosamente sentimental.”

Sobre el “Martín Fierro” dice: Era un canalla sentimental, como el peronismo. Un desertor alabado por los militares.  Asienta que el éxito de Martín Fierro se debe, en buena parte, al hecho de que el personaje es canallesco con la idea de que fuera sentimental también.  Es un asesino, un prófugo, que se pasa a los enemigos, comete crímenes inútiles, está por darle una paliza a la negra, después haberle asesinado al marido, y al mismo tiempo dice: “Bala el tierno corderito/ al lao de la blanca oveja/ llama el ternero amarrao/ pero el gaucho desgraciao/ no tiene a quien dar su queja”. Yo, -dice Borges-más bien, soy pedante que canalla.  Afirma que en general los canallas son sentimentales y que eso está comprobado en el tango, pues sus letras son las más bajas del mundo, por ejemplo: “Flaca, fané y descangallada” y otro ejemplo: “Qué dirían/ si te vieran el Melena y el Campana/ que una noche en los Portones/ se acuchilaron por vos”. Parece decir “ahora sos una porquería”. La idea de la decadencia física (“pensar que ese adefesio fue la locura de mi juventud”) parece agrada mucho. Es una idea sentimental y es canallesca también, concluye.

Cita una frase Xul Solar (famoso pintor), cuando Borges le contaba su tristeza porque la vida no le sonreía, sumamente ingeniosa, pero a la vez motivadora: “Entristecerse por que le iba mal, es un defecto. Mejor es enojarse.”

BIOGRAFÍA VERBAL

Octavio Paz, Roberto Alifano y Juan José Arreola, coinciden que Borges era un gran humorista, un hombre que le encantaba el lado gracioso de la vida. Este último contaba que cuando conoció a Borges, se arrodilló y besándole la mano le dijo: “Borges, le entregó aquí treinta años de admiración.” Y él me respondió: “Pero, Arreola, qué manera de perder el tiempo.” Borges coincidía con Shaw que “a la larga todo hecho es humorístico y divertido.” Por eso hasta en su poesía trasluce humor: “La meta es el olvido./Yo he llegado antes.” O:  “Manuel Flores va morir./ Eso es moneda corriente;/ Morir es una costumbre/ Que sabe tener la gente.”

Alifano recuerda algunas anécdotas de Borges: En un restaurante Borges, en medio de una conversación sobre pintores, Borges no manifestó admiración y simpatía sobre el pintor Emilio Petorutti. Al salir del establecimiento, increíblemente un señor se acerca y le dice: “Yo soy sobrino de Petorutti. Mi tío lo admiraba y lo quería mucho; en su nombre permítame besarle la mano.” Y se retira de inmediato. El acompañante le dice a Borges: “Es insólito, señor Borges, hace unos momentos usted se refería de una manera un poco dura a Petorutti y ahora su sobrino le acaba de informar que él lo admiraba y lo quería.” “! Qué le vamos a hacer. ¡Fue un amor no correspondido!”, concluyó Borges.

En una conversación, Borges le pregunta a su interlocutor:

  • ¿Es usted creyente ¿
  • Sí, señor, por supuesto.
  • ¿Y cree en un solo Dios?
  • Sí, señor, soy monoteísta, soy católico.
  • Bueno, eso no está mal -comenta Borges- Pero creer en un solo Dios es una miseria. Habiendo tantos dioses creer en uno solo es un exceso de economía.

Una joven chilena le dice a Borges: En mi país se lo estudia, se lo lee y se lo reconoce más que en su propio país. “Lo que sucede aquí es que seguramente son más sensatos” -responde Borges.

Una periodista bastante frívola le pregunta a Borges: – ¿Por qué no me habla de sus vicios ¿-De mis vicios repite Borges; luego razona: Bueno, yo no fumo, no bebo, no escucho radio, no me drogo, como poco. Yo diría que mis únicos vicios son “El Quijote”, “La Comedia” y no incurrí en la lectura de Benavente.

En la Sociedad de Escritores en mil novecientos cuarenta, Vicente Barbieri clama:

  • Señores, debemos hacer algo por los jóvenes que se inician en el camino de las letras.

Borges levantó la cabeza y con dos palabras aconsejó el procedimiento a seguir:

  • Sí, disuadirlos.

Se le creo a Borges una fuerte tirantez con el poeta Jijena Sánchez, cuando se enteró de la opinión que Borges había emitido sobre su libro “Achalay”:

  • Es raro para un libro de versos -comentó entre amigos- ; tiene título de estornudo.

Borges había publicado su poema “Remordimiento.” En la calle una mujer se acerca y le dice:

-Gracias a usted sigo viviendo. Leí ese poema suyo que dice: “He cometido el peor de los pecados/ Que un hombre puede cometer/ No he sido/ Feliz”. Eso me salvo.

  • Bueno -responde Borges asombrado-. Jamás imaginé que un poema mío tendría facultades terapéuticas.

Le comenta a Alifano: Un periodista norteamericano que vino a hacerme una entrevista, me dijo: “Usted es el segundo escritor argentino que voy a entrevistar; ayer estuve con el primero: Ernesto Sótano. Supongo que lo conoce ¿Verdad? . Yo me di cuenta de quien se trataba y le respondí: Pero, claro, por supuesto señor. Es un escritor que escribe sobre túneles, tumbas y cosas así. ¡Cómo no voy a conocer a Ernesto Sótano.”

Le cuenta Borges  a Alifano: Sabe que anoche tomé un taxi, y cuando el taxista me reconoció, me dijo: “ ¡Señor, qué honor el mío. Cuando se lo cuente a mi mujer y a mis hijos, seguramente no van a poder creerlo, señor, ¿porque quién no conoce a Ernesto Sábato?”

Una señora elogia a Borges:

  • Todos sus ascendientes ilustres deben estar orgullosos de usted, señor Borges.
  • No creo que se vea mucho desde el cementerio de La Recoleta -la interrumpe el escritor.

La señora insiste en la “vasta ascendencia ilustre”. Borges la decepciona diciéndole:

-Bueno, todo mi árbol genealógico se desmoronaría con una sola infidelidad.

BORGES VERBAL (Seis tomadas de cien citadas y compiladas por Mario Poletti y Pilar Bravo)

DEMOCRACIA: “Siempre pensé que democracia es un caos provisto de urnas electorales. En Argentina es un milagro.”

DRAMATURGIA: “El sueño es una especie de obra teatral en la que uno es el autor, el actor y también el edificio. Es decir, de noche, todos somos dramaturgos de algún modo.”

ECOLOGÍA: “El sentido de naturaleza es algo nuevo. Para un griego, para un romano, por ejemplo los Alpes eran horribles. A Dante una selva le parecía espantosa.”

EXÁMENES: “Un profesor le dijo al alumno: Hábleme del tercer acto de Hamlet. El alumno no sabía y entonces quedó aplazado. Y es que también Shakespeare también hubiera sido aplazado, porque la división de actos y escenas es posterior a Shakespeare.”

FAMA: “En cuanto a mi fama en Europa, yo creo que se debe a que soy extranjero. Y un extranjero no es rival de nadie. Un extranjero llega, se queda un tiempo y se va. Eso les gusta a mis colegas.”

ESCRITORES DIFÍCILES: “Cien años de soledad” de García Márquez es una buena novela, desgraciadamente le sobra cincuenta. La “Montaña mágica” de Huxley es inaccesible. En el poema de García Lorca “La casada infiel” me fastidia que aparezca a cada momento el marido.