Debate presidencial: la salud sin futuro

Autor: Gabriel Ordóñez Nieto | RS 80


El domingo 13 de agosto se dio el debate obligatorio de los candidatos a la presidencia de la república, con la ausencia del candidato Fernando Villavicencio Valencia, asesinado de manera brutal por una banda de sicarios. El panorama electoral cambió radicalmente porque buena parte del electorado perdió, de un momento a otro, a su candidato que había desarrollado una campaña ganadora, los números en las encuestas habían subido, se mostraban en constante ascenso y se esperaba que se consolidaran en el debate: sus propuestas claras, realizables, su forma de presentarlas y su oratoria convincente así lo presagiaban.

El debate no aclaró nada, las intervenciones de los siete candidatos fueron simples, muy generales, apenas se refirieron a que hacer sin mencionar nada acerca de como concretar los ofrecimientos enunciados a lo largo de tres horas anodinas e inútiles. Distintas opiniones emitidas a través de distintos medios de comunicación y redes sociales, dan cuenta de pobreza al tratar los temas escogidos por el CNE para ofrecer al público la posibilidad de conocer a los candidatos y sus propuestas. La intención fue buena, el resultado lamentable, un desperdicio intolerable en medio de la crisis económica del país.
A la hora de tratar el eje: política social (educación, salud, cultura, bienestar familiar y social), momento muy apropiado para referirse a educación y salud, pasó sin escucharse algo relacionado con estos asuntos que son utilizados con largueza cuando intentan cautivar o embaucar a los electores. No existe el menor interés por abordar una temática tan importante sea por desconocimiento de la realidad sanitaria del país o porque no tienen nada que ofrecer a los ecuatorianos que destinan hasta un 50% del dinero de su bolsillo para atender su salud y la de sus familiares.

AMBIGÜEDADES.
Los candidatos refirieron medidas generales, sin puntualizar nada específico para contrarrestar la violencia familiar, problema que creció durante el obligatorio confinamiento durante la pandemia por Covid19. Se ofertó aplicar sanciones fuertes, medidas preventivas alcanzables a través de la educación y atención psicológica a los agraviados. Se habló de crear un fondo millonario para créditos destinados a las mujeres jefas de hogar. Otro planteó bajar los índices de desnutrición crónica infantil con la inversión de $1.33 por niño cada día sumado al control de las vías del país para la llegada de alimentos a las comunidades. Sobre este tema se habló de la soberanía alimentaria, dotar a las comunidades de agua potable y saneamiento. Alguno aseguró que el país debe volver los ojos al campo, mejorar la actividad agrícola y mejorar la productividad, fomentar el consumo de leche en el país y dar a los niños desayuno y almuerzo.

Una revisión de las propuestas deja ver a las claras que los candidatos no ofrecen nada nuevo pues todo lo dicho se viene haciendo y no se ha logrado reducir las tasas de desnutrición infantil. También quedó en evidencia el poco conocimiento y la poca atención que le prestan al problema y a la salud en general.



El diagnóstico de desnutrición crónica infantil se establece cuando el niño no tiene una estatura acorde con su edad. Se trata de niños que soportaron desnutrición aguda o sea un peso inferior al esperado para su edad. Este último produce en el organismo infantil una serie de desajustes provocados por la disminución anómala del volumen corporal acompañada de una función disminuida de los órganos y por cambios de orden metabólico a los cuales el niño desnutrido debe adaptarse para sobrevivir, si no logra fallece por la desnutrición o por la concurrencia de alguna enfermedad, sobre todo de orden infeccioso.
En los países en vías de desarrollo la principal causa de la desnutrición es la subalimentación sea por calidad deficiente o cantidad insuficiente de alimentos. Asuntos relacionados son alimentación pobre, miserable, sin higiene apropiada o contenidos extraños, disparatados. También es una causa el empleo de técnicas inapropiadas de alimentación. La desnutrición es más grave mientras más temprano empieza. Este inicio puede ser tan precoz como en el vientre materno de manera tal que la deficiencia de peso está presente desde el mismo día del nacimiento, planteando serias dificultades de manejo al equipo de salud por las vulnerabilidades presentes en una etapa de extremo peligro para los niños que nacen con este u otros problemas.

Así las cosas, las propuestas de los candidatos solo atacan una parte del problema, ofrecer desayuno y almuerzo en edad escolar es una intervención tardía y sirven para paliar el hambre sin revertir los efectos de la desnutrición crónica ya instalados, de tiempo atrás. Es más bien una etapa en la que deben atenderse con solvencia los problemas socio educativos para incorporarlos al conocimiento, la sociedad y la cultura.
Lo deseable es planificar un programa de largo plazo que atienda por lo menos los primeros 21 meses de vida, los más importantes en la vida de los seres humanos, los nueve que transcurren en el vientre materno y los primeros 12 de vida posnatal. Es conveniente, sin embargo, cubrir un tiempo mayor, con asistencia integral que incluya control prenatal de calidad, con asistencia alimentaria si es preciso con el objeto de ofrecer buena nutrición materna que garantice crecimiento fetal normal y peso materno suficiente para alimentar a su hijo con el seno materno, exclusivo durante los primeros 6 meses de vida y seno materno más complemento a partir de esta edad. La gestante debe recibir ácido fólico en los primeros meses y vacunas de conformidad con las necesidades detectadas en cada localidad.
El control médico pediátrico debe ser periódico para llevar una cuidadosa curva de crecimiento, aconsejar sobre estimulación temprana, prevención de accidentes, vacunaciones, consejos sobre alimentación y cuidados generales a lo largo del primer año de vida especialmente.

Ante la complejidad resumida en líneas anteriores, una candidata ofreció hacer lo mismo que ya hicieron porque saben cómo hacerlo. Que horror de propuesta, nada será tan malo para los médicos volver a las abusivas decisiones que echaron de sus puestos de trabajo, con acompañamiento de policías, a más 200 médicos desde sus mismísimos puestos de trabajo, trajeron centenares de “médicos” cubanos para restar oportunidades de trabajo a los profesionales ecuatorianos, construcción de innecesarias y suntuosas obras hospitalarias ignorando que la mejor medicina es la preventiva y que se deben dedicar suficientes recursos para la atención primaria de salud que debe atender y resolver con alta calidad el 80% de los problemas de salud de los ecuatorianos.
El debate fue un fiasco en esta materia. Un desperdicio.
Quito DM 17 de agosto de 2023