Balance Político y social

ARMANDO DAZA QUIÑÓNEZ
ARMANDO DAZA QUIÑÓNEZ

En muchas ocasiones el fin justifica los medios. Durante la campaña política del actual presidente de la República   se ofreció de todo, estos argumentos de hecho lo hicieron triunfador y durante estos siete primeros meses está gobernando en contra de aguas de río crecido, con las dificultades que trae todo Estado quebrado.

Las ofertas justificaron el triunfo. Antes de la posesión, el periodista Lenin Artieda le preguntó al Sr. Guillermo Lasso ¿está usted arrepentido de haber ganado?, respondió negativamente. Algunas ofertas se están cumpliendo como la vacunación que ya estamos en los refuerzos, otras están en camino como la reactivación económica, los créditos agrícolas al 1%, el incremento de sueldos, la libertad social y comercial; que las variantes delta y ómicron crean dificultades a la reforma tributaria, pero algunas muy importantes como la seguridad ciudadana, trabajo están crudos.

Estamos obligados a tomar decisiones de acero y le corresponde a la Asamblea Nacional y al Presidente de la República, crear leyes que permitan cambios eficientes que permitan recuperar el significado de la vida humana, y restablecer los derechos humanos. Mary Annevans dijo: “Nadie puede ser sensato con el estómago vacío”.

Vivimos con conducta criminis  estandarizada producto de la desocupación, el hambre y la inequidad social; existen muchas alternativas para corregir estas debilidades humanas, en primer lugar está la educación, en renglón seguido el trabajo para todos que permita ganar el sustento diario y en tercer lugar hacer muchos ajustes que den origen a un verdadero balance  político y social entre los poderosos y los descamisados, como eliminar tantos partidos políticos dejando solamente tres o cuatro para que gobiernen de forma alternativa en orden de sorteo reiterativo, quizás así se cumpla la frase de Albert Einstein: “Más fácil es desintegrar un átomo que un prejuicio”  luchemos por romper el prejuicio político.

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