Afecciones visuales, problema colateral en época de pandemia

PROCESO. El optómetra René Ortiz refiere sobre la peligrosidad de la luz azul ante el uso constante de electrónicos derivado de la pandemia.
PROCESO. El optómetra René Ortiz refiere sobre la peligrosidad de la luz azul ante el uso constante de electrónicos derivado de la pandemia.

Ojos rojos, escozor, picazón, cansancio visual, incluso mareos y náuseas podrían volverse frecuentes con el teletrabajo y la educación virtual.

De seis a ocho horas en una computadora, cuatro más en el celular, todos ellos entre cinco a siete días por semana y sin descansar, el ojo humano ha sido el órgano más afectado durante la pandemia, generando estragos visuales y físicos.

René Ortiz, optómetra esmeraldeño, refiere a los problemas visuales como un daño colateral del coronavirus y el confinamiento, gravados aún más por el teletrabajo y las clases virtuales, en consecuencia, la exposición a la radiación de luces led y con mayor predominancia a la luz azul.

La luz azul es una parte del espectro de la luz visible, más extrema y muy cerca de la luz ultravioleta, puede provocar fatiga y estrés visual, además de la aparición precoz de la DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad), una de las principales causas de ceguera en el mundo.

Esta exposición a la luz azul hoy en día se debe al abuso de ordenadores y smartphones, haciendo necesarios el uso de lentes anti azul o blue ray, que deben ir de la mano de un examen visual y realizado por un especialista.

Problemas

Ortiz, de 61 años y 33 de haber instaurado su consultorio en Esmeraldas, luego de graduarse como Optómetra en la Universidad San Francisco de Quito, advierte que los síntomas de la exposición a los rayos azules son ojos rojos, escozor, picazón, cansancio visual, mareos y náuseas, muchas veces inadvertidos y despreocupados por el ser humano.

Frente a las opciones de bajar el brillo a la computadora o bloquear la acción de luz azul en los nuevos celulares, según el experto, no brindarían una adecuada protección, la radiación aun estaría latente.

Quienes usan lentes por problemas congénitos u otros, la alternativa de preferencia es cambiarlos, volver a hacer una refracción y usar lunas antirreflejo.

Otro de los errores a los que incurren los estudiantes o adultos es adquirir lentes sin medidas, aquellos que se compran en la calle o venden de puerta a puerta. Ortiz, hace énfasis en esto pues muchos de los vendedores no tienen un título que los acredite.

“También está la calidad de las lunas, en la calle hay de 3 a 4 dólares, pero no tiene ningún tipo de protección. La Organización Panamericana de la Salud, está haciendo una lucha fuerte, férrea, contra el uso de este tipo de lentes”, añadió.

Empíricos

Años atrás, en Esmeraldas solo existían tres ópticas, revela René Ortiz, aquello lo inspiró a dejar su trabajo en Quito y establecerse en su ciudad natal. Logró prepararse de manera técnica y científica, y hace referencia a esto, puesto que existen muchos ‘profesionales’ empíricos que ofertan milagrosos colirios y lentes de toda medida sin un examen visual previo.

“Un tipo de cura así milagrosa no existe, a veces las personas compran gotas, pero les digo que no lo hagan, preferiblemente no jueguen con sus ojos, que si el problema es muy serio deben buscar al oftalmólogo”, afirma Ortiz.

El uso de lentes en niños, adolescentes y adultos durante las clases virtuales o el trabajo tienden a generar comodidad y confort, disminuyendo dolores de cabeza. (JSG)

Recomendaciones a

problemas visuales

René Ortiz ofrece una serie de recomendaciones a tomar en cuenta para quienes padecen de problemas visuales.

1.- Realizarse un examen visual por un profesional.

2.- Usar lentes adecuados, si el optometrista u oftalmólogo recomienda el uso de lentes permanentes, se deben usar así.

3.- Sobre los materiales, influyen en cada caso, hay quienes trabajan más de 10 horas en la computadora y otros que no.

4.- Respetar la distancia ante la computadora y el celular, de 50 centímetros y 30 centímetros respectivamente.

5.- Es recomendable que los padres hagan un examen optométrico y visual a sus hijos antes del inicio de clases. Los problemas visuales influyen en el rendimiento escolar de los menores.

René Ortiz, de 61 años, fue el primer optometrista esmeraldeño. Estudió en el colegio Luis Vargas Torres, luego en el Instituto Superior en la ciudad de Latacunga y en la Universidad San Francisco de Quito.
El consultorio del optómetra René Ortiz, está ubicado en la avenida Olmedo, entre Rocafuerte y Juan Montalvo, lleva allí 26 años, antes se hallaba en la Rocafuerte y Olmedo, duró 8 años en ese lugar.