Veto urgente contra la mordaza

La reforma a la Ley Orgánica de Comunicación, aprobada con 75 votos, resucita los mismos argumentos que, hace una década, usó el correísmo para oficializar la censura y acorralar al periodismo profesional.

Con tal de cerrar la puerta a la autorregulación e invocando un falso bienestar que solo lleva al embrutecimiento, se vuelve a poner en manos de instituciones fácilmente manipulables la facultad de perseguir a quienes osen informar y, ahora, incluso a opinar.

El texto aprobado por la Asamblea insiste en fórmulas fallidas, como un supuesto pluralismo en la prensa y el fomento de los medios públicos y comunitarios. Fue el correísmo el que, violando la Constitución y las leyes, facilitó la venta de lo que en su día fue un gran diario y una decena de frecuencias de radio a un ‘mercenario’ extranjero; y lo mismo sucedió con varios caciques locales.

Todos los años de vigencia de la “ley mordaza” demostraron que la excusa que asoma hoy, aquella de la supuesta concentración, tiene un origen que no se atreven ni a mencionar.  

No existirá pluralidad de medios ni voces en un clima de miedo y desprestigio en el que el ejercicio del periodismo profesional es estigmatizado y denigrado, como lo ha sido, durante lustros, por quienes ahora aprueban esta reforma.

El resultado de acallar a la prensa profesional no será un silencio cómodo para el poder, sino, al contrario, una mayor proliferación de los medios ‘adictos’, de la calumnia, del rumor, de la bajeza, del vil ‘trolleo’; el peor escenario posible para una democracia que requiere, cada vez más, de ciudadanos informados.

Fiel a su discurso y campaña, el presidente Guillermo Lasso deberá vetar en su totalidad esta bochornosa iniciativa.