Sin reforma laboral

El día de ayer, en su presentación semanal ante los medios, el presidente Guillermo Lasso sepultó las esperanzas de una reforma laboral.

Al ser consultado sobre el proyecto de ley ofrecido, él fue terminante: “¿Para qué pierdo el tiempo enviando un proyecto de ley, para ser sometido a chantajes, a presiones, a negociaciones indebidas? Es una pérdida de tiempo”. Convencido de que su propuesta correría la misma suerte que la Ley de Atracción de Inversiones, optó por renunciar a ella. En su lugar, se comprometió a “buscar la manera de, a través de decretos ejecutivos o reglamentos a leyes, encontrar caminos, aunque sea curvilíneos, para poder lograr el mismo objetivo de atraer inversiones y generar empleo”.

El pronunciamiento del mandatario deja claro el rumbo y las prioridades del régimen. Por medio de sus facultades constitucionales, el Presidente puede facilitar iniciativas como concesiones y alianzas público-privadas; esto generaría mayores ingresos para el fisco y una nueva cantidad de trabajadores dependientes del Estado. Pero, ¿y el sector privado?

Ni decretos ni reglamentos bastarán para dinamizar el mercado laboral como esperaba el sector privado (fuente de más del 90% de los empleos en el país). Sin una profunda reforma legal, no habrá manera de desarrollar el potencial productivo del país ni de suscitar el crecimiento económico y el aumento de la masa de aportantes que se requieren con urgencia.

Mientras un puñado de funcionarios se ocupan de ‘resolver’ sus problemas políticos con más empeño que los del pueblo, el sector privado sigue huérfano de representación política y su desarrollo, supeditado al bienestar del Estado y la burocracia.

FRASES DEL DÍA

«Hay ingenuos que no persiguen la felicidad porque parecen creer que es ella la que los perseguirá hasta alcanzarlos.

Elísabet Benavent (1984), escritora española

 

«La vida me ha enseñado a pensar, pero el pensamiento no me ha enseñado a vivir.

Aleksandr Herzen (1812-1870), escritor ruso