Negacionismo ante la inseguridad

El Estado ha agotado las soluciones cortoplacistas y postizas para la inseguridad. Durante mucho tiempo, se apeló al populismo penal para acallar el clamor ciudadano ante la delincuencia. En algunas ocasiones, eso condujo a la represión desmedida y en otras a “metidas de mano” en la Justicia. Al final, solo se logró rebalsar las cárceles y profundizar el desprestigio del aparato judicial.

Después las autoridades apelaron a la retórica para desvirtuar los reclamos ciudadanos. Un funcionario llegó a afirmar que no existía inseguridad sino apenas “percepción de inseguridad”.

Los habitantes tuvieron que conformarse con las excusas oficiales, plagadas de sofismos y cifras, que sostenían que el problema del crimen no era tan grave como se creía. Por último, el Estado aprendió a mirar a otro lado, dejar hacer y dejar pasar, so pretexto de que así los criminales no perturbarían al grueso de la población.

Los atajos se agotaron. Con el sistema penitenciario colapsado y las elecciones seccionales a la vuelta de la esquina, la represión no es una opción viable. Tampoco se puede alegar que la gente exagera, ni creer que la solución es no perturbar al crimen organizado cuando las calles y la gran mayoría de ciudadanos son rehenes del terror.

El primer paso, urgente y necesario, es la transparencia. El Estado debe reconocer públicamente la gravedad de la crisis. Las medidas, que requieren cooperación nacional a gran escala, coordinación interinstitucional y mucha inteligencia, ya no pueden esperar.

FRASES DEL DÍA

«La verdad suele ser confusa; es la mentira la que tiene siempre los contornos demasiado nítidos.”

Héctor Abad Faciolince (1958), escritor colombiano

 

«Vivimos con la equivocada creencia de que se necesita ser comunista para amar al propio país.”

Musine Kokalari (1917-1983), escritora y disidente albanesa