Moncayo, un oportuno acierto

El presidente Guillermo Lasso ha comenzado a demostrar, con sus nuevos nombramientos, una práctica propia de gobernantes responsables: el afán de rodearse de personas más capaces, en sus campos de especialidad, que él. En lugar de buscar cobijarse entre aduladores y escaladores, está apelando, acertadamente, a profesionales de amplia experiencia y solvencia comprobada. La incorporación del general (sp) Paco Moncayo Gallegos a su gabinete, en calidad de consejero de Seguridad, es una muestra.

En materia de seguridad, el equipo anterior del presidente adolecía de una notoria falta de familiaridad con los temas relativos a la fuerza pública; un problema usual en la política ecuatoriana contemporánea. Con Moncayo en el equipo, el gobierno podrá generar políticas debidamente sustentadas en la comprensión de las limitaciones operativas –tanto de logística como de infraestructura— que enfrentan policías y militares. Asimismo, conoce como pocos el marco legal y normativo que rige el campo de la seguridad en el país, y, por su exitosa experiencia política, entiende las complejidades y dificultades que entraña la aplicación de toda política pública. Aun así, quizás su mayor credencial sea el haber sido parte activa de una generación que, en un pasado, supo preservar con muchísimo éxito la paz en el país; no por medio de la represión ni del militarismo, sino de la cuidadosa articulación de la seguridad con las políticas sociales y el diálogo ciudadano.

Ahora, solo resta que el presidente sepa escuchar. Debe entender que el tiempo le juega en contra y aprovechar la mano que tantos ciudadanos valiosos le han tendido.