El acuerdo con China debe concretarse

El acuerdo comercial con China atraviesa una amenaza tardía.

Ahora, cuando ya solamente le corresponde a la Asamblea Nacional aprobar el tratado, surge una marcada oposición de parte de ciertos sectores políticos y gremiales; una actitud extemporánea, impropia de un país que aspira a integrarse al concierto internacional. No se explica por qué las objeciones llegan cuando el proceso ha avanzado tanto, luego de años de trabajo que contemplaron abundantes mesas políticas y económicas. Sería perjudicial para Ecuador, ahora que está en boca del periodismo mundial por su incapacidad de manejar la seguridad, que los miembros de la Asamblea Nacional dejen escapar esta oportunidad sin tener conciencia del desafío histórico que tienen en sus manos.

El acuerdo comercial con China sacudirá el tablero productivo ecuatoriano; es solo natural temer a lo desconocido, pero se debe evitar una dañina parálisis. No es momento de echarse para atrás. Abundantes análisis, así como la relación vigente con China, confirman que los beneficios para Ecuador serán mayores al perjuicio causado.

Ecuador perderá competitividad frente a los más de 100 países que ya tienen acuerdos con el gigante asiático, corriendo el riesgo de desaprovechar una oportunidad que, por los giros geopolíticos y económicos del mundo actual, puede desaparecer en cualquier momento. Así, Ecuador estaría repitiendo el mismo error de hace dos décadas cuando por capricho renunció a la posibilidad de alcanzar un acuerdo similar con Estados Unidos.
Ya basta de ser el país de las oportunidades perdidas.