Y LA PRÓXIMA VEZ, VAYA A PINTAR LA CASA DE SU ABUELA

Y LA PRÓXIMA VEZ, VAYA A PINTAR LA CASA DE SU ABUELA
Santiago León

A ver. Nuevamente, hemos sido llamados a una Consulta Popular. Es que las elecciones se han convertido en un nuevo deporte nacional. Cada dos años nos llaman a elegir presidentes, asambleístas, alcaldes, prefectos, concejales. Hasta para presidentes de las juntas parroquiales hay que dar el voto. Eso sí, se gastan harto billete para ese proceso democrático. 

Pero hay un particular. Las campañas involucran colocar artículos publicitarios en la vía pública. Y ojo, no son chiquitos. Son unos rótulos enormes que estorban al manejar. A veces, no dejan ver bien la calle y usted sabe que hay que estar pilas, de pronto nos cae un shoro. Me pregunto también. ¿Qué culpa tienen los puentes o los postes de luz? Les caen a brochazos con la imagen del candidato. Y no son colores tenues. ¡No! Son unos chillones que dañan el ornato de las ciudades. Calambre al ojo sabe dar al ver el “despliegue artístico” que dejan en las paredes. 

Quisiera ver que esos mismos políticos permitan que se hagan garabatos en sus casas peluconas. Ahí cambia, ¿verdad? Por qué no pintan sus caritas en los muros de las urbanizaciones de Samborondón o Cumbayá. O le tunean al BMW con sellos del movimiento político. Coloquen esas fotos, que asoman muchando a la gente, pero en sus propiedades. 

Mejor copiemos las prácticas de la campaña electoral en época de pandemia. Los candidatos y organizaciones políticas se pusieron creativos. Sacaron los pasos prohibidos en TikTok. Se montaron en la ola de las tendencias. Todo hacían para ganar un votito. Es que la cosa era dura. No había chance de salir a la calle porque el coronabicho andaba muy rulay. 

Esa campaña estaba bacana porque no se desperdició tanto en papeles. Ojo, y no hablamos de los Papeles de Panamá. Si no de esos trípticos que supuestamente contienen las dizque “maravillas” que van a hacer cuando sean autoridades.  Así que un llamado a esas militancias, que ahorita, están preocupadísimas porque se dejaría de trasmitir el Chavo del 8, como sanción por agarrarle del pescuezo a un pillín que se la quería rajar a México. 

Usen las redes sociales, las páginas web, fomenten la lectura en los ciudadanos. Como quien se entretienen con los chats de la Mayrita, que ha sabido manejar las cortes de justicia como dueña de hacienda. En fin, si quieren manchar las paredes, vayan a hacerlo en la casa de su abuela.