Violencia contra las mujeres sigue

Cecilia Chacón Castillo
Cecilia Chacón Castillo

La Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas CEPAL, acaba de sacar su último informe sobre “Violencia Feminicida en Cifras” en el que incluye al Ecuador. Por cada 100 mil habitantes en el año 2022 murieron por causas femicidas 89 mujeres, de las cuales 75 son provocadas por su pareja o expareja íntima y dentro de América Latina y el Caribe estas cifras son constantes sin lograr disminuir los índices en relación con Bolivia, Guatemala y El Salvador que lograron una disminución de hasta el 50%.

De los casos reportados por el Ecuador a la CEPAL, 4 son muertes de niñas menores de 15 años. Este informe reconoce que Ecuador es el único en América Latina que guarda un registro sectorial de la protección social en los casos de femicidios; como el seguimiento al Sistema de Alertas Tempranas para la Anticipación del Femicidio y del registro Único de la Violencia contra las mujeres, que a mi modo muy particular fue reducido en objetivos e intención para alcanzar una meta mediática y no el verdadero objetivo como es la predicción del delito del femicidio y que aún no nos cuentan las instituciones responsables sobre los resultados.

El informe de la CEPAL cierra con recomendaciones a los países a fin de que estos impulsen todos los esfuerzos posibles para prevenir atender, sancionar y erradicar todas las formas de violencia y discriminación contra las mujeres y la eliminación de prácticas nocivas como la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil y las uniones tempranas.

El día de la Eliminación de toda forma de violencia contra las mujeres está en la actualidad muy presente en las actividades de organizaciones; los instrumentos y mecanismos para visibilizar las violencias se han perfeccionado y articulado a una serie de instituciones del estado, y se han modificado normas que expresan la responsabilidad del Ecuador, sin embargo, los patrones culturales arraigados a la familia y la sociedad siguen perpetuando la violencia. Es ahí donde sigue el trabajo diario.