Un 10 de agosto sin bandera

Victoria Ramón
Victoria Ramón

Victoria Ramón

Un Estado que ha perdido su capacidad de garantizar un derecho tan fundamental como la vida, y en contraposición, se ha convertido en un experto en estados de excepción y brindar notas de condolencias de víctimas de violencia, que paulatinamente se está transformando en un Estado fallido.

Este año, el más violento en la historia del país, quedará marcado por el dolor, el miedo y la inseguridad, somos una sociedad que esta aprendiendo a convivir con la violencia, inseguridad y pobreza, y ha normalizado actos tan graves como fallecimientos de candidatos electorales.

Pero, vale cuestionarnos ¿existen soluciones viables para salir de estos duros momentos? Sí, efectivamente, sí las hay. Pero, para ello no son válidas aquellas medidas superficiales, populistas y demagógicas, puesto que obedece a causas estructurales presentes desde los inicios como nación.

No podemos justificar la violencia de cualquier clase con discursos de odio, ni ser indiferentes a los acontecimientos. Hemos confundido el apoyar a una ideología política o a un candidato/a, llegando al punto de justificar discursos de odio por “defenderlo”, e ir en contra de una persona que piensa distinto. Somos un solo país cobijado por la misma bandera, que trabajamos por objetivos comunes.

Estas elecciones son cruciales para nuestro futuro. Y a ello se suma una consulta trascendental de la que poco o nada sabemos. Por esto, es de nuestra obligación informarnos, debatir, analizar y votar de forma consciente, pues nuestro voto realmente sí importa y puede marcar la diferencia, entre seguir en inacción o emerger hacia un mejor futuro. 

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