Es terrorismo, no izquierda

Orlando Amores Terán

En 1985 Gorbachov eliminó restricciones (glásnost), provocando la disolución de la URSS, cortó ayuda a Cuba. Con la extradición de Lehder a EEUU, en 1987, se establece la conexión del cartel de Medellín con Panamá y la Habana, a través de los generales Noriega y de la Guardia.

Al descubrirse la vinculación del régimen cubano con el narcotráfico, castro aprovechó para eliminar al general Arnaldo Ochoa, que le exigía «glásnost» en Cuba, lo procesaron por narcotráfico y fusilaron, mientras al general de la Guardia, contacto de Escobar, lo condenaron a 30 años de reclusión, para salvar el «prestigio de la revolución».

En 1989 se agudizó la crisis comunista, con la caída del muro de Berlín, los hizo dependientes del narcotráfico. En 1990 condenan a Noriega, en EEUU, mientras a Lehder le rebajan su condena. Surgió de ese modo el narco-comunismo que se irradia por América, a través del Foro de Sao Paulo, con prácticas terroristas. Mientras se los trate como partidos de izquierda, seguirán interviniendo en elecciones, vandalizando países en donde no alcanzan poder.

No se los podrá neutralizar selectivamente, porque al no tratarlos como terrorismo, sus actos, por atroces que sean, no pueden ser reprimidos con armas letales, ya que los resguardan organismos de DDHH y defensorías del pueblo, que anulan el derecho-obligación del Estado, de proteger a su población de la agresión interna. Urge organizar a la población civil en Frentes de Defensa de la Libertad, cambiar comportamientos, para que la fuerza pública tenga apoyo y capacidad de respuesta. Es posible impedir la actitud pro delincuencial de organismos de DDHH, cuando se califiquen los actos vandálicos, de terrorismo. Porque ahí está justificado el ejercicio de la fuerza por parte del Estado, ante la violencia terrorista.

Pero si se sigue considerando el narco-terrorismo como «movimiento de izquierda», no podremos repelerlos con fuerza letal. Hay que organizar una militancia civil libertaria. Debemos autodefendernos, ante la limitación de la fuerza pública, si deseamos impedir la destrucción de América.

[email protected]