Se anuncia para el 1 de Julio el lanzamiento del libro: “Ramón Chérrez, Compromiso de Vida”, de la autoría de Patricio Velarde. Que se une a la zaga de los escritos del autor santodomingueño, que va desentrañando los hechos y personajes que han sido los protagonistas de una parte de la historia de este pueblo, que, pese a lo reciente, no son de conocimiento de la mayoría de sus habitantes.
Sin duda este es uno de los tantos libros que nos hacían falta. Se hace justicia con un gran hombre al que este pueblo le debe mucho, sin embargo, da pena establecer que esta publicación solo es posible por el esfuerzo de su familia, cuando el rescate de la historia debería ser parte de una política pública municipal.
De su lectura quedan tres ideas a rescatar: la primera es que hubo una etapa muy fructífera para la ciudad en los albores del cantón. De allí nos queda el primer sistema de agua potable, el plan regulador, que a la postre es el que mayor influencia ha tenido en la organización física de este pueblo, con el trazado de los anillos viales, la peatonal, la adquisición de terrenos para el terminal terrestre, el estadio, el coliseo, el parque industrial, el nuevo cementerio, el alcantarillado y tratamiento de calles del centro de la ciudad, apertura de la calle galápagos, la biblioteca municipal, el nuevo cementerio, la adquisición del camal, que hasta hoy conserva las características del camal de hace cincuenta años.
La segunda idea que queda flotando es la del significado del cargo. Ser miembro del Concejo Municipal era un alto honor que se colocaba en el ámbito del patriotismo, lejos del empleo en que actualmente se ha convertido. El equipo de concejales que acompañó Ramón Chérrez Chávez estaba conformado por verdaderos caballeros de la política, no por potentados precisamente, lo que le da más mérito al espíritu de honradez con el que se manejaba la cosa pública.
Finalmente, hay que rescatar la necesidad de completar la etapa narrada en este libro, dando cabida a cientos de actores que hasta hoy no han sido debidamente reconocidos, pero que han contribuido a construir nuestra ciudad, por lo que es justo colocarlos en la memoria viva de este pueblo.