Don Octavio es un señor de 70 años de edad, diabético que llegó al hospital expulsando sangre por su boca. La elaboración de la Historia Clínica, herramienta esencial para los médicos en la atención al paciente, determinó que ese sangrado provenía de sus pulmones; condición clínica llamada “hemoptisis”. Tres meses antes él había finalizado un tratamiento de seis largos meses para superar una tuberculosis pulmonar.
Además de que 2 meses antes de la consulta, él logró superar una neumonía debido al coronavirus SARS CoV-2, causante del covid-19. Otra característica importantísima de don Octavio es que es un fumador inveterado. Una vez analizado todos sus datos iniciales más los de laboratorio y las radiografías pulmonares se llegó a la conclusión de que probablemente su motivo de consulta; hemoptisis (sangrado por la boca), sería ocasionada por las graves secuelas que dejó la tuberculosis en sus pulmones. Planteamos diagnósticos diferenciales, otra cosa importante en la carrera médica, y aplicamos el protocolo de manejo en casos de personas que acuden debido a síntomas pulmonares. Para nuestra sorpresa, debo confesarlo, los resultados arrojaron que el señor tenía nuevamente tuberculosis.
La Medicina es una ciencia sometida a un cambio constante. A medida que la investigación y la experiencia clínica amplían nuestros conocimientos, son necesarios cambios en los tratamientos y la farmacoterapia. Por esto se torna fundamental que nuestras unidades médicas posean guías o protocolos de asistencia a personas con diferentes enfermedades. Un protocolo es un documento que expresa las acciones por realizar y la forma de hacerlo, de manera que sirve como marco de referencia para todos los que participan en el proceso de atención médica.
La finalidad es que gracias a este marco de referencia, no se nos escapen detalles que podrían retrasar los diagnósticos y por ende la aplicación de una correcta terapéutica médico – quirúrgica, que escindiría entre la vida y la muerte de personas afectadas en su salud. Vuelvo a recalcar qué importante es contar con protocolos que nos ayuden a abordar a los pacientes en su contexto. No todos los casos médicos que se ven, son idénticos; y es por eso que los pasos a seguir en la atención al paciente, dictados por protocolos médicos, son fundamentales.
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