Mujeres en Afganistán

Emily Torres Larriva

Hechos que causan sorpresa y asombro siguen sucediendo al otro lado del mundo, y aunque estamos separados por bastantes kilómetros no podemos cubrir nuestros oídos a tan extremos actos de injusticia que vulneran derechos fundamentales de mujeres y niñas que se vienen suscitando en Kabul – Afganistán.

Sentirnos impotentes, débiles y de manos atadas es uno de aquellos sentimientos que causa ver noticieros e imágenes de los últimos días.

Veinte años después, el retorno de los talibanes a Afganistán es una realidad penosa, después de una cruel dictadura (1996-2001) las noticias llegaron a todos los rincones del planeta, y es que, el terror, las violaciones y crímenes despiadados han dejado al mundo atónito por todos los actos y hechos que suceden a diario, mujeres, niñas y líderes deben esconderse para proteger su vida.

Se han coartado derechos civiles, se han vulnerado garantías básicas, se han restringido canales de comunicación, y siguen muriendo mujeres que luchan por su libertad.

El Talibán imputa una aplicación extrema y condicional de la ley islámica afectando directamente a los derechos sociales y económicos de mujeres, quienes han luchado por garantías fundamentales en estos últimos años.

No poder acudir a la escuela, a la universidad, al trabajo o simplemente salir a la calle empieza a parecer un hecho imposible para mujeres, y que detrás de todas estas injusticias están las luchas políticas, la guerra y el poder, los grupos armados manipulan el entorno de la mujer en Afganistán para como una maniobra política para quedarse en el poder.

La comunidad internacional debe centrar sus ojos en todas las vulneraciones, y es su obligación moral apoyar en el proceso de liberación y justicia, estos hechos no pueden continuar, es responsabilidad social y estatal del mundo unir fuerzas que busquen poner fin a hechos atroces que únicamente buscan mantener posturas políticas “abusivas”.

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