Mis rutinas de compras van entre el supermercado y la tienda de frutas de la entrada a mi casa. Me alegra ir más a la tienda de frutas que al supermercado por un simple detalle, tienen unas canastitas de mimbre donde se coloca todo lo que se va comprar y no colocan cada producto en plástico, así los productos van directo a casa.
En el supermercado que voy venden tunas y hasta hace unos 4 meses las compraba porque vendían a granel, digo compraba, porque de un tiempo acá empezaron a empaquetar todas las frutas en bandejas de plástico cubiertas de más plástico, ahí quedaron las tunas. ¿De verdad, alguien prefiere todo en plástico?
Ahora muero de angustia cuando paso por la sección de frutas y granos de algunos supermercados de la ciudad, es una exhibición de empaques de plástico en su mayor parte de “un solo uso”, es decir, llegaron a la casa, se fueron al basurero, son transportados a un lugar donde se quedarán ahí fragmentándose por cientos o miles de años.
Ante la rienda suelta en la falta de conciencia ante el uso de plásticos de “un solo uso” necesitamos actuar de forma urgente con políticas públicas que promuevan estrategias de ecoeficiencia como una nueva “revolución ecológica” todo con el fin de alcanzar la sostenibilidad en el sector productivo. La normativa de control se debe establecer a nivel municipal en competencia exclusiva de la gestión de los residuos sólidos, hay mucho por avanzar.
Lo que sí podemos es sumarnos a un proceso y propósito de cambio de hábitos, en Santo Domingo tenemos la campaña provincial #MásPlanetaMenosPlástico, debemos movernos al ritmo del mundo en lo bueno, tener la conciencia de lo que estamos comprando.