Adiós, Qatar 2022

Eddy Arrobo
Eddy Arrobo

Eddy Arrobo Rodríguez

Al concluir la vigésima segunda edición de la Copa Mundial de Fútbol, Qatar 2022, la misma que es considerada para muchos amantes de este deporte como el mundial de Messi, o, el mejor mundial con la mejor final, cabe señalar que el alma colectiva a nivel del planeta desfogó con la pasión futbolera durante 29 días con 32 selecciones, de las cuales unas anhelaban una representación digna y otras el olimpo y la gloria.

Como un apasionado por este maravilloso deporte, sabiendo lo que el fútbol representa en la sociedad, ya que para muchos forma parte de su estilo de vida, escribo estas líneas con un léxico futbolero, para agradecer al Supremo y a la vida por permitirme disfrutar de este magno evento futbolístico, ya sea en el calor familiar, en una barra con los infaltables e inigualables amigos quienes son eruditos en el universo de la pelota, donde no hay abolengo, ni clase social ya que este bendito deporte nos une.

Es entonces cuando se desborda la pasión al admirar los poemas que brotan desde el campo de juego al ver los regates de Messi, la finura de Cristiano, la polenta de Mbappé, la solidaridad de Griezmann, la gambeta de Neymar, la versatilidad de Modric, la entrega de Enner, la polivalencia de Hakimi, el pragmatismo de Mac Allister y la espectacularidad del “Dibu” Martínez, entre otros.

En definitiva, en el epílogo de esta fiesta deportiva la cual tuvo un final de ensueño, se evidenció la actitud sin complejos ni temores de selecciones sin laureles para enfrentar a sus rivales considerados superiores. El fútbol evolucionó, atrás quedó el añoramiento y romanticismo del fútbol de antaño como el inolvidable Brasil en el mundial de España 82, el cual ya no encaja con el fútbol moderno, donde predomina la táctica, la fortaleza, la velocidad mental y física, a la orden de un juego pragmático sin paliativos en busca de un resultado.

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