Conciliar

CARLOS CÉSAR CONCHA JIJÓN
CARLOS CÉSAR CONCHA JIJÓN

El pueblo ecuatoriano ya tiene un presidente elegido democráticamente, siendo ahora oportuno y necesario conciliar para que haya gobernabilidad, por lo que se hace necesario un tiempo prudencial, para que el nuevo gobierno pueda desarrollar sus ideas, que fueron expuestas en campaña y ahora ser consideradas por el pueblo ecuatoriano benefactoras.

Resulta interesante, que el presidente con un ánimo conciliador tenga un mensaje positivo, que hoy responde al clamor ciudadano en la búsqueda de soluciones para lograr la estabilidad del país, superando los males que han causado una crisis generalizada en lo social, político, económico, de los últimos gobiernos.

Es una insolencia, que algunos insensatos pretendan desestabilizar al nuevo gobierno, con amenazas de posibles protestas, en lugar de remar hacia un nuevo horizonte, que plantea el actual gobierno. Todos sabemos que no hay varitas mágicas y que, de haber una oposición, esta necesariamente debe ser inteligente, que conduzca al diálogo para encontrar salidas con propuestas realizables de beneficio colectivo.

Sin embargo, por ahí existen algunos que, oficiando de supuestos liderazgos, pero actuando como caudillos, amenazan con protestas, que llevarían a originar desordenes y caos en el país, que muchas veces tienen el condimento de la violencia, como aporte de terceros, que resultan ser asalariados.

Ningún presidente por más inteligente y preparado que sea, puede sacar a un país del hambre y la miseria siendo necesario como un requisito sinequanon que haya una secuencia progresiva que avance positivamente sin obstáculos en la solución de cada uno de los problemas existentes.  En estas circunstancias de tragedia por lo que atraviesa el país, no puede permitirse el lujo de soportar la insolencia de atentados contra el correcto desarrollo de la República.

Todos sabemos que la situación crítica por la que atraviesa el país exige de todos los ecuatorianos luchar dentro de las leyes para recuperar la estabilidad nacional en función del servicio a la colectividad en general.