El equipo de un Alcalde

Giuseppe Cabrera

La carrera electoral ha comenzado, todos en bólidos de millones de dólares, montados en las maquinarias electorales que llaman partidos pero, en la que ninguno cree o piense que sirve para algo, aun así, listos y dispuestos a pisar el acelerador a fondo.

Tres coches parecen despuntar en búsqueda de la Alcaldía y dos por la prefectura, de los primeros, rostros conocidos dos exalcaldes y una exconcejal (podríamos sumar otra exconcejal a la cola, muy de cerca), por lo menos, algo deben saber sobre cómo funciona un municipio por su experiencia previa y eso, no es factor que agradecer en nuestra tan inestable democracia de los cambios y constantes rostros nuevos.

Borrón y cuenta nueva dicen todos, lo de antes (ellos definen que antes) y el futuro es mejor. A pesar de sus discursos grandilocuentes, lo siempre preocupante son sus equipos, a las sombras, ocultas tras las banderas y en los cuartos de guerra, definiendo en realidad su visión de ciudad para Ambato.

Los equipos y los proyectos son incluso más importantes que el candidato, porque el segundo está ahí por su carisma, esa indescifrable pero, evidente característica que tienen algunos políticos y, les permite por optar por el favor popular pero, el papel que tienen los científicos, cómo diría Weber, es crucial, ese es rol que cumplen planificadores, ingenieros, politólogos y administradores público para gestionar con eficiencia lo público.

Los problemas de Ambato no son menores, la criminalidad y las muertes violentas crecen silenciosa pero, sostenidamente en los márgenes de la marginalidad y los círculos urbanos de violencia, las “vacunas” ya son una realidad para los comercios de varios sectores de la ciudad. Necesitamos un Alcalde que no le huya a hacerle frente al problema de la seguridad bajo la excusa de la falta de competencia.

La movilidad, el acceso a los servicios básicos, la tramitología y los espacios para el desarrollo comercial, son agendas pendientes, que necesitan una definición planificada de aquí a los próximos 30 años y, eso depende de un equipo con visión y de un alcalde con el capital político suficiente para aunar todos los sectores sociales en la consecución de ese objetivo.