En defensa de lo público

Giuseppe Cabrera

Tan creyente de la libertad de prensa soy, que no creo que hay que censurar la visión de los medios o su línea editorial, sino desnudarla en sus equivocaciones y dogmas. Esa misma libertad hoy me cobija, para señalar el sistemático ataque que ha venido realizando en varias notas La Hora en su edición nacional en Quito al servicio público y al Estado, que ellos siguen considerando obeso, pese a los recortes y a que Correa ya no esté en el poder.

Cómo podemos insistir en la idea de un Estado que gasta mucho cuando no hay medicinas en los hospitales, equipo para los policías, recursos para los municipios y prefecturas y mientras se mantiene impagos a los contratistas.

Lo público no es más que lo que nos pertenece a todos, es el espacio de lo comunitario, que nos permite cuidarnos mutuamente y vivir en sociedad, cuando financiamos el servicio público y lo fortalecemos, estamos garantizándonos igualdad.

No podemos insistir en la idea de un estado chico, que nos abandona a nuestra suerte, como ha hecho este gobierno, si al mismo tiempo tenemos la posibilidad de pagarnos un seguro privado, guardianía y vivir en ciudades cerradas, el derecho hacerlo a tener todo eso, lo tienen quienes tienen la posibilidad, pero, no a costa de desprestigiar al sector público, por mantenerse alejados en sus burbujas.

El gran problema, no es si un servidor público gana más o menos que un empleado privado, porque, además, es un enfoque que olvida, que los gerentes, accionistas y propietarios ganan cientos de veces más que el Presidente, lo que también sería una comparación injusta. El gran problema, es de aquellos funcionarios que se redondean el sueldo a costa de la gente. Que lo hacen, como se sospecha lo ha venido haciendo el hoy exministro Vera o como en el caso Danubio. Lo reprochable son los lujos a costa de lo que no nos es propio, los carros blindados de alta gama, las estancias internacionales en hoteles de 5 estrellas y las cenas en restaurantes con estrellas Michellin.

Un Estado social que funciona es uno que está financiado, para brindarnos un buen registro civil, un sistema de seguridad social que funcione, una educación de calidad y una vida digna.