Emociones y enfermedades

Andrés Ojeda Sotomayor
Andrés Ojeda Sotomayor

Andrés Ojeda Sotomayor

Quiero compartir la relación existente entre emociones y enfermedades. La mente es muy compleja y está llena de secretos. Muchos descubrimientos de la ciencia son desconocidos por muchos; comprenderlos ayudaría a conocernos y a entender por qué a veces nos enfadamos o nos desesperanzamos. Gestionar nuestras emociones es posible para prevenir muchos malestares y autosanarnos, llevando un ritmo de vida más tranquilo, equilibrado y trabajando en la salud física y emocional. Es importante vivir en armonía, sosegadamente y regalarnos tiempo para uno mismo y para los demás. Hay que explorar en estos temas por cuenta propia, creando conciencia, acudiendo a terapia, haciendo meditación, manteniendo horas de sueño adecuadas, ejercicio y una dieta equilibrada. El punto es identificar dónde se originan las enfermedades para obtener un mejoramiento de la calidad de vida.

Cada órgano del cuerpo responde a un sentimiento en conflicto. El estrés está vinculado a los miedos y debilita el sistema inmunológico, mientras que las emociones positivas como felicidad y gratitud fortalecen las defensas. La depresión produce cansancio, angustia, pérdida del sueño y desvalorización. Un sistema gastrointestinal afectado expresa ansiedad, apego material, intolerancia, envidia y carencias afectivas; derivando en un intestino irritable, gastritis, úlceras y reflujo. La ira y el narcisismo aumentan los problemas cardiocirculatorios y la hipertensión. En el resentimiento están las enfermedades del páncreas. El dolor de garganta y las alergias reflejan personas llenas de insatisfacciones e inconformidades. Las enfermedades de los huesos delatan intransigencia. Si hay problemas del estómago y páncreas evidencia obsesión con el trabajo y dificultades para disfrutar de la vida. Las afectaciones pulmonares son indicadores de melancolía; los síntomas renales denotan falta de autoestima y pesimismo; la diabetes significa amargura e infelicidad; el dolor de cabeza revela frustraciones, y las afecciones respiratorias demuestran tristeza y preocupación.

 

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